sábado, mayo 17, 2008

EL RINCÓN DE GORDON CRAIG. TEATRO. Soy la solución. "En busca de la inocencia perdida".

.
Texto y dirección de Albert Vidal. Madrid. Teatro de la Abadía. 24 abril de 2008.



Albert Vidal es una rara avis dentro del panorama teatral español contemporáneo. Asistir a sus espectáculos constituye una experiencia estimulante y reveladora que va más allá de las expectativas generadas por los montajes habituales. Fruto de una investigación de los recursos fundamentales del actor, la voz y el cuerpo, que participa tanto de la técnica de Lecoq como de un conocimiento exhaustivo de las tradiciones interpretativas orientalistas, su trabajo nos proporciona la extraña sensación de encontrarnos ante un auténtico mago del gesto, de la entonación, de la palabra integrada con el cuerpo del actor, ante alguien que supiera extraer de cualquier aspecto de la realidad cotidiana, amplificándolo, deformándolo, parodiándolo, -a veces todas las cosas a la vez-, su dimensión más insólita, grotesca, trágica o iluminadora.

Chamán, vate, bufón, místico, juglar; algo de todo esto hay en este Albert Vidal que se nos presenta -en sus propias palabras-, como encarnación del “gran príncipe”, del gran timonel, guía espiritual de la humanidad dispuesto a conducirnos al reencuentro con los estadios primitivos de la naturaleza humana, con el estado de inocencia primigenio en el que encontraríamos la única felicidad posible desprovistos de todas la máscaras que en nombre de la civilización hemos ido superponiendo sobre nuestro ser primordial hasta hacerlo irreconocible.

Alejado de la “performance”, a la que fue otrora muy aficionado, e instalado en la vertiente de una “poética telúrica”, este barcelonés internacional se sitúa en este espectáculo a medio camino entre la psicomagia de Jodorowsky y el monólogo juglaresco y provocador de Darío Fo, alternando el ritual con la parodia y la sátira contra el prejuicio, allá donde se encuentre, aunque, eso sí, manteniéndose siempre en un tono de escrupuloso respeto por los espectadores, a los que halaga -a veces con un sermoneo en exceso paternalista-, e incita a huir de la complacencia con lo políticamente correcto y a liberarse, a liberarnos, de las ataduras que nos ligan a lo efímero y a lo superficial.

Gordon Craig
26-IV-08.

Albert Vidal. Soitu.

No hay comentarios: