martes, agosto 30, 2005

¿CóMO VA ESO?

La frase de moda después del maxifinde en las Fiestas de San Domingo, ese rincón encantador de Salamanca al que habrá que volver si me dejan, y sino al tiempo Brigatos.
El verano toca a su fin y volvemos a la cruda realidad, a las rutinas de todos los días, a los viajes interminables en transporte público, a los madrugones, a los trabajos de mierda, etc. También se rompe el mundo de fantasía aderezado con playa y sol de estos meses, para darnos de bruces de nuevo con las incompetencias de nuestros políticos, con la cruda escena internacional cargada de muerte y desolación. ¿Por qué no se van todos a la mierda de una vez?
Aún así el colofón a este verano intenso, pero extraño, han sido las fiestas del pueblo de nuestro Mancuso de los amores. Hacía tiempo que no me reía tanto, y bueno que no bebía esa barbaridad. Son ya unos cuantos años para aguantar tanta tralla, pero a pesar de los achaques ha valido la pena. Todavía somos unos machotes. Arrepentios los que os quedasteis en los Madriles.
Son demasiadas cosas como para describirlas en pocas líneas, pero vamos entre copa y copa, la churra que no recorté por no ir de chulito, aún con esas fui de chulito, o eso dicen, la ronda nocturna con autógrafo incluido en el calzoncillo de Rafa, la deliciosa comida de Sole, los pedos de los beodos más grandes que jamás existirán: Ligre y sus dos colegas, a parte de Raulito, el brother de Mancuso, “El Manu Molón” de Julio, aquel tema de Los Planetas en la Peña de los pequeños, la pota de Michi, la sesión musical que me dieron y dedicaron Raulito y Gusi en un Astra rojo traidor, el malvado “indie piojoso” de Juanín, las risas con Cris, la futura cita del Neng (Cris, ¿qué tal anoche con Diego?), y con Sonia (hermana del Mancuso) y María Ángeles (futura Documentalista de la Charly), el pedo gracioso de María José, y nuestra charla psicológica con la gorda de la gafas, Esther, los sudores de Rafa cuando Robert narró con detalles las relaciones anteriores del Torete, cuando todavía era un ternerín, aquella noche que nuestra Recopi Maligna sonó, al menos la mitad en la Peña otra vez de los pequeños, esa llamada al Neng de Mostelfa, para arreglar su cita, ese chocolatero traicionero que delató mi pose de “alternativo”, las llamadas de atención cada vez que me dirigía a la cadena a tocar los botones de Ángel (todavía nos debe un Pachi) cuando me pedía que le pidiese permiso antes de tocar. Más copas, y más. Mi primer viaje con el Altea rojo conmigo de conductor, la noche que planeé meterme en la habitación de Sonia y Cris, y allí se encontraba la tía Beni, las noches de ruidos y gases con el Toretín, el chupito que podía haberme matado, o dejarme ciego y solo era piña con limón, esa caldereta divina del último día cuando Rafa destrozo varias boñigas de vaca cerca del río, la noche que Rafa llevó por el buen camino a Pepe y a Víctor, joder si hasta pedían que sonaran Los Planetas, eso es crear escuela, el atasco de vuelta que fue menos, por la pericia y el buen hacer de Mancuso, y la compañía de Sergio, el que nos puso a Los Planetas y descubrió a Lori Meyers y a Cooper entre otros esa tarde de coche, y Cris Crisis, a la que no dejamos dormir en todo el viaje, por supuesto. Y después de todo esto y más, ¿cómo va eso?
Gracias.