martes, noviembre 30, 2010

lunes, noviembre 29, 2010

TEATRO. La máquina de abrazar. "El azaroso viaje del silencio a la palabra".

De José Sanchis Sinisterra.
Con: Elia Muñoz y María Pastor.
Dirección: Juan Pastor.
Teatro de la Guindalera, Madrid.


No nos resulta difícil rastrear el marco de referencias en el que se inscribe este críptico y luminoso texto de Sanchis Sinisterra, desde El milagro de Ana Sullivan, que narraba la excitante experiencia del acceso al lenguaje de la joven sordomuda y ciega de nacimiento Hellen Keller, hasta el angustioso exilio de la invidente Molly Sweeney, en la obra homónima de Brian Friel, varada en una tierra de nadie tras su paso efímero por el mundo de la luz y de las formas. Aunque el referente más perceptible es sin duda el doloroso proceso evolutivo del protagonista del Informe para una academia, de Kafka, en el que se relatan los avatares del abandono de la condición simiesca del personaje y su proceso de hominización. Todo ello, empero, no le quita un ápice de originalidad a esta estremecedora y penetrante indagación sobre el problema del autismo que constituye La máquina de abrazar.

Indagación, digo, análisis minucioso, científico, en el más estricto sentido, brechtiano, del término -puesto que de teatro se trata-, del viaje de la protagonista, Iris de Silva, del silencio a la palabra, de la quietud y de la soledad hasta los otros, hasta el lenguaje, un lenguaje impotente para decir lo que no está en la palabra.


El texto, denso y rigurosamente documentado, se articula como si se tratase de una ponencia en la que tras un largo exordio de la doctora Miriam Salinas, su paciente Iris va a explicar ante la audiencia, el público, su supuesto proceso de “curación”. Entre digresiones, interrupciones del hilo del discurso, apostillas y aclaraciones de la doctora Salinas se va desvelando el tortuoso mundo interior de Iris, sus dudas, su desconfianza, su incapacidad, en suma, de establecer un vínculo con el otro y de articular en un universo simbólico comunicable el magma de sensaciones y de emociones que le proporciona su aguda percepción de la realidad.

Pese a sus numerosos pasajes de carácter expositivo (algunos larguísimos, como el de la primera escena de la obra) el texto rebosa teatralidad, explícita unas veces, y otras escondida entre los pliegues de la retórica académica. Desde luego, no tiene secretos para Juan Pastor cuya mirada penetrante “vuelve sus misterios del revés” sirviéndose de una cuidada y meticulosa puesta en escena, que arroja luz y ayuda a ver claro incluso en los pasajes más oscuros del texto. Excelentes son también la dirección de actores y el trabajo actoral mismo. Titánico es el esfuerzo de Elia Muñoz (Miriam) para sustituir en poco más de diez días a Jeannine Mestre (la actriz con la que se estrenaba el espectáculo); aunque, a buen seguro, mejorará con los días, ya muestra toda la energía y combatividad de esta rara avis de la profesión siquiátrica cuyos métodos poco ortodoxos exacerban a sus colegas. Metódica, ambiciosa, un tanto distante en el trato, observa un correcto tono didáctico, profesoral, salpimentado de ironía y de ocasionales explosiones de furia reivindicativa. Sorprendente el trabajo de María Pastor, que hace una singularísima creación de un personaje tan atípico como el de una joven autista. Aun con resultar sobradamente convincente el trabajo de construcción física del personaje, una gestualidad antinatural, de movimientos sincopados, de acciones reiteradas, de mirada ausente, o ensimismada, de repentinos cambios de actitud y estado de ánimo, de inesperados accesos de ira o de postración ...; lo más destacado es sin duda su interpretación verbal del papel, la ruptura de la tonalidad y de la dicción convencionales y la potenciación de los aspectos físicos y afectivos del sonido en detrimento de sus valores lógico-discursivos, siguiendo en definitiva el mandato artaudiano de volver a las fuentes respiratorias, plásticas y activas del lenguaje. Desde la magistral interpretación que hizo Martín Wuttke, del Berliner Ensemble, de Artaud recuerda a Hitler en el romanische café (en el festival de Otoño en 2001) no habíamos visto nada parecido en los escenarios madrileños.

Tras una experiencia tan hermosa y estimulante como viene proporcionando temporada tras temporada esta modesta sala de barrio uno no puede dejar de hacerse una y otra vez la misma pregunta: para cuando una invitación a Juan Pastor para dirigir en alguna de las múltiples sedes de los teatros sostenidos con fondos públicos, pastoreados siempre por los mismos nombres del lobby del eje madrileño-catalán.

Gordon Craig.

Teatro Guindalera. La máquina de Abrazar.

lunes, noviembre 22, 2010

1000 razones para no dejar de leer. Saul Bellow: "Mueren más por desamor".


<< El Doctor Layamon era de los que toquetean a la gente. Ponía la mano en la rodilla de sus interlocutores, le pellizcaba las mejillas, le trituraba el hombro. Tocaba todos los instrumentos emotivos de la orquesta. Era imposible, sin embargo, confiar en la música. De pronto, un desagradable estrépito destrozaba la melodía. Felicitaba a Benn por su prestigio en botánica. Y luego añadía: “¡lástima que no te corrigieran esos dientes que tienes para que no los tuvieras montados unos encima de otros!”. O bien: “¿te está estrecha la camisa, o tienes hipertrofiado el pectoralis major, es decir, tetas grandes?”. En la cena, cuando el doctor pasaba por detrás de la silla de Benn, deteniéndose un poco, para el tío era innegable que le estaba inspeccionando la incipiente calvicie. Una vez que fueron a mear a los servicios del club, el doctor asomó la cabeza sobre la divisoria de los anticuados urinarios, y, a través de las torcidas gafas, miró a ver cómo calzaba el tío.
- El equipo de extinción de incendios parece adecuado, en cualquier caso- observó. >>

Saul Bellow. Mueren más por desamor.-

jueves, noviembre 18, 2010

ARTE. Exposición de Bea de las Heras: "Retrospectiva".


"Retrospectiva", exposición de Beatriz de las Heras Miedes.
Desde el 10 al 26 de noviembre en la Escuela de Arte de Guadalajara: Plaza de Ceuta y Melilla 6 y 7.

<< Retrospectiva>>

"Alambres y Lanas (2007)".
"Africanas (2008-2009)".
"Thinking outside the box (2009)".
"Deconstruccion del color (2009-2010)".
"Espacio Tiempo (2007-2010)".



Reportaje sobre la exposición de Bea de las Heras en el periódico Hoy.




Beatriz de las Heras, "Retrospectiva", en la Nueva Alcarria.

Más Información.

lunes, noviembre 15, 2010

TEATRO. Dança de la muerte. "En el umbral del reino de las tinieblas".


Dramaturgia y Dirección: Ana Zamora.
Compañía: Nao D’amores.
Con: Luis Miguel Cintra, Sofía Marqués y Elena Rayos.
Arreglos y dirección Musical: Alicia Lázaro.
Instrumentistas: Eva Jornet, Juan Ramón Lara e Isabel Zamora
Corral de Comedias, Alcalá de Henares.


El teatro es quizá la manifestación menos conocida de la literatura de la baja Edad Media. Hasta las primeras tentativas de Gómez Manrique o de Juan del Encina de mediados y finales del siglo XV respectivamente, apenas si encontramos vestigios escritos de textos teatrales en lengua castellana, sobre todo relativos al teatro profano, que debió de ser objeto de una feroz persecución, como revelan los documentos conciliares y los escritos de los moralistas de la época. A la escasez de textos se une la desidia y el desinterés (más allá de los estudios teóricos llevados a cabo por los investigadores) por eso es doblemente meritoria la labor de Ana Zamora que combina la investigación en las fuentes escritas con el trabajo de creación escénica, para ofrecer a los aficionados la posibilidad de reencontrarse con lo más arcaico de nuestra tradición teatral.


Tras el Auto de la Sibila, el Auto de los cuatro tiempos y el Auto de los Reyes Magos, tomando como referencia La Dança General escurialense y diversos textos de Gil Vicente (en castellano y en portugués) presenta Ana Zamora su nueva y brillante incursión en el teatro medieval. De nuevo tenemos una simbiosis perfecta de farsa y moralidad, una combinación de rituales sacros y profanos servida con inigualable maestría en un espectáculo que rezuma gracia, colorido e intenso y genuino vigor dramático. Ana Zamora parece poseer un innato sentido teatral, una aguda percepción que le permite rastrear en estos textos arcaicos los resortes de la teatralidad más primaria y el talento para recrearlos sobre un escenario -con ayuda de un elenco de excepción, todo hay que decirlo-. El material sobre el que trabaja, no hay que perderlo de vista, es un material de primerísima calidad, ya que se trata de versos cifrados en un lenguaje de una enorme frescura y espontaneidad merced a la prodigiosa inventiva de sus autores, inspirados en muchas ocasiones en la fecunda imaginería popular.

El espacio escénico es muy elaborado y representa un salón palaciego o el interior de un templo presidido por el púlpito y el coro donde se sitúan los intérpretes; luego mediante un ingenioso artificio se transformará en la barca de Caronte, o “la barca do inferno”. La música, de nuevo es una espléndida recreación sobre partituras originales de cancioneros de la época y de música sacra (el “Dies Irae” que subraya el recitativo del cardenal, o el “De Profundis clamavit” que acompaña la comparecencia del prelado ante el tribunal de la Muerte) ejecutada en directo, se articula con el resto de los elementos de la teatralidad subrayando cada escena y reforzando su carácter solemne, emotivo o burlesco, o acentuando siempre su ya de por sí marcada tonalidad cómica. Y es que estas danzas macabras no eran sino un lenitivo para conjurar el pavor que debía de provocar en las humildes gentes de aquella época la presencia obsesiva de la muerte.

Espléndida es, como se ha indicado, la labor de actuación. Luis Miguel Cintra, es el maestro de ceremonias, posee un inigualable sentido del verso y una voz portentosa que modula con una insospechada riqueza de matices, timbres y tonalidades; pero no le van a la zaga sus ayudantes en ese ritual macabrojocoso, sus “esposas” (Sofía Marqués y Elena Rayos), embutidas en sayas talares, rivalizan ambas en gracejo, energía y buen sentido, para cantar, danzar, manipular los tocados que representan a los personajes convocados por la Igualadora y representar los diversos roles que cada escena requiere. Transitan con desenvoltura por todos los estadios de la emoción y el sentimiento; parafraseando al poeta, podría decirse cada una de ellas es capaz de mostrarse, según la ocasión, “alegre, triste, humilde, altiva, áspera, tierna, liberal o esquiva”.

Gordon Craig.

Danza de la muerte, Corral de Comedias.

viernes, noviembre 05, 2010

TEATRO. Big night. "Parodia macabra".


De Sabri Saad El Hamus y Yahya Gaier.
Compañía De Nieuw Amsterdam.
Con: Sabri Saad El Hamus y Yahya Gaier.
Corral de Comedias, Alcalá de Henares.




Anoche tuvo lugar en el Corral de Comedias la puesta en escena de Big Night, de la compañía De Nieuw Ámsterdam, en el contexto del primer Encuentro Internacional “El inmigrante en el Teatro” que acoge estos días la sala alcalaína y que incluye, entre otras actividades, dos representaciones teatrales a cargo de compañías extranjeras invitadas. 



Big night es un breve espectáculo inclasificable que difícilmente puede reducirse a los patrones al uso de la teatralidad occidental actual, aunque participa, en todo caso de esa aspiración al ritual que tuvo en sus orígenes el teatro en Grecia (las danzas que acompañaban los cantos en honor a Dionisios, las dionisíacas, eran danzas de posesión que provocaban el trance y la histeria colectiva) por cuanto se inicia con una alusión a la Semâ, o danza de los Derviches, una danza ritual que pretende simbolizar una especie de ascenso místico en la espiritualidad sufí. Pero bien pronto nos damos cuenta que no estamos sino ante una parodia de esa ascesis o búsqueda de la perfección a juzgar por los efectos que produce en los oficiantes: una suerte de frenesí histérico que desemboca en un irrefrenable deseo de automutilación del que no saldrán indemnes los protagonistas, cocineros por más señas, que acto seguido prepararán, entre chanzas y bromas un exquisito menú de cocina creativa a base de orejas, dedos, lengua y hasta el pene de uno de ellos.

La música ocasional del aparato de radio que están escuchando mientras “cocinan” da pie a la introducción de numerosos gags que rompen la tensión provocada por los impulsos sádicos de que hacen gala los protagonistas una vez que se han despojado del atuendo ritual y acrecentados por la presencia amenazadora de grandes cuchillos de cocina y de otros utensilios del menaje que en sus manos se convierten en armas mortíferas y que nos hacen a cada instante temer lo peor.

Receta de alta cocina, pues, aderezada con unas pizcas de crueldad y de seducción fruto de una aquilatada comicidad gestual. Humor negro, macabro, con escenas donde esa comicidad llega hasta la frontera de lo repugnante (depende de los paladares). Un performance trepidante que no disgustaría seguramente a Rodrigo García, un menú digno del mismísmo Titus Andrónicos Shakespiriano.

Gordon Craig.

Bight Night. Corral de Comedias.

martes, noviembre 02, 2010

ARTE. Exposición de Bea de las Heras: Retrospectiva.


Exposición retrospectiva de Bea de las Heras.
Escuela de Arte de Guadalajara, Plaza de Ceuta y Melilla 6 y 7. Desde el 10 al 26 de noviembre de 2010.




"Alambres y Lanas (2007)".
"Africanas (2008-2009)".
"Thinking outside the box (2009)".
"Deconstruccion del color (2009-2010)".
"Espacio Tiempo (2007-2010)".

Artelista, Bea de las Heras.
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