jueves, junio 21, 2007

ACTUALIDAD. Alan Johnston.


El día 20 de junio se cumplen 100 días desde el secuestro del periodista inglés Alan Johnston en Gaza, Palestina.

Para mi el nombre de Alan Johnston existió unos minutos, unos breves instantes que correspondían al momento en que la televisión daba la noticia de que un nuevo periodista era secuestrado en la franja de Gaza. Antes no lo conocía y tras esa ráfaga televisiva, olvidé su nombre.

Hace unos días Víctor de la Serna dedicó su columna “Hojeando / Zapeando” (el 19 de junio de 2007 en el diario El Mundo) al reportero británico. El señor de la Serna rescataba un correo electrónico que Johnston había enviado a un colega de la BBC, Vin Ray, con reflexiones sobre la profesión de periodista.

Las palabras de Johnston me llegaron muy dentro y creo que os van a servir de guía a muchos “blogueros” como vosotros. Por eso voy a reproducirlas literalmente, tal cual vienen en el artículo de Víctor de la Serna que las toma de The Guardian, dónde han sido publicadas originariamente.

Sirva también este testimonio para alentar a Alan Johnston allá dónde se encuentre.

<< “Para mi, gran parte de este trabajo es saber cómo metemos el elemento humano en una historia. No suelo contar batallitas (...) pero, en esta ocasión, hay algo de Grozni que recuerdo y que ilustra este punto. Estaba con un periodista, no de la BBC, al que le gustaba mucho andar en zonas de guerra. Durante la batalla por esa ciudad estábamos en un edificio de pisos abandonados. Entramos en uno en el que un proyectil había travesado la pared del cuarto de estar. Y recuerdo cómo este tío se lanzó a hablar de si había sido una granada autopropulsada o un proyectil de bazuca lo que había causado los daños, y dónde podía haber estado situado el soldado que disparó”.

“Pero bastaba echar un vistazo a la sala durante un minuto para ver la vida que antes existía en ella. Se podían ver los libros que la familia leía, y qué clase de cuadros les gustaba colgar de las paredes, y, por unas fotos, se podía ver que tenían tres hijos y que la hija mayor se había graduado en la universidad. Naturalmente, lo que importaba de la guerra era su historia: ¿Qué les había sucedido? ¿Qué eran, y qué habían perdido? No importaba de verdad que fuese una granada o un proyectil de bazuca lo que había dado la vuelta al mundo”.

“Gran parte del trabajo es intentar hallar la suficiente imaginación como para intentar ver, para ver de verdad, el mundo a través de los ojos de la gente que está en la crónica. No sólo a través de los del palestino a los que le acaban de aplastar su casa, sino también de los tres jóvenes israelíes en el tanque que la ha aplastado. (...) Pero el objetivo no es en absoluto el de ahogar la historia en búsqueda de alguna fórmula de equilibrio, “fifty-fifty”. Si la verdad es que los israelíes o los palestinos se han comportado horriblemente, eso es exactamente lo que la historia debe acabar diciendo”.

“Y eso de colocarse en al piel de la gente de nuestra crónica sólo se puede lograr escuchándoles y volviéndoles a escuchar. Si los implicados soportan tu presencia constante, empiezan a resaltar los detalles, y a menudo son los detalles –imágenes o expresiones o formas de ver- los que se convierten en los elementos cruciales que pueden darle vida a la historia”. >>

4 comentarios:

EnLaOscuridadDeLaNoche dijo...

La vida esta formada de pequeños detalles, y son los pequeños detalles los que hacen grande una vida...

Cuanto más escucho, más conozco, cuanto más conozco, más entiendo, cuando más entiendo, más amo...

Así que... procuro escuchar para así conocer, entender y amar.

Besos.

chuliMa dijo...

Cuanta razón tiene.

beshitos de San Juan

Doctor Brigato dijo...

EnlaOscuri...: creo que se te olvidó añadir que además de para escuchar y conocer y amar esos pequeños detalles son necesarios para vivir, ¿no crees?
Chulima: más besos

EnLaOscuridadDeLaNoche dijo...

Estaba implícito..., pero sí. :-)

¿Qué tal el concierto? ¿Disfrutaste? Qué pregunta más tonta, seguro que lo hiciste... sabes cómo hacerlo.

Un besazo.