“Hoy: El diario de Adán y Eva”, es el título de uno de los montajes teatrales más longevos de los que se han presentado en las tablas madrileñas desde hacía muchos años. El acordarme hoy de la puesta en escena protagonizada por Solá y Oteyza es una muestra más del caótico y enrevesado funcionamiento del cerebro humano, pero para no engañar a nadie tengo que añadir que hay algo mas tras este repentino recuerdo.
Sin ir más lejos, hace poco más de un mes, con unos amigos de por medio a la salida de un salón de actos la conversación nos llevó a preguntarnos por las últimas obras de teatro a las que habíamos asistido. Mis amigos me comentaron como muy recomendable el montaje de Adán y Eva de Manuel González sobre textos de Mark Twain. Este espectáculo siempre ha estado en la lista de obras para no perderse, pero por unas circunstancias u otras nunca he encontrado la ocasión de poder asistir a alguna función. El montaje ha estado un montón de años en Madrid, rotando de sala en sala, pero siempre rodeado de un entusiasta público que ha llenado el patio de butacas cada noche.
La incertidumbre me rodea ante lo que sucederá a partir de septiembre y sólo anhelo que la temporada que viene algún productor avispado programe de nuevo el montaje de Manuel González. Mientras tanto y la espera de acontecimientos, yo he leído el texto originario de Twain, del que os voy a regalar dos pequeñas pinceladas. También os voy a dejar la reseña de nuestro querido Gordon Craig sobre la obra, por si mis palabras no han sido lo suficientemente convincentes y necesitáis alguna otra razón para no perderos “Hoy: El diario de Adán y Eva” si al fin se repone en unos meses.
Diario de Adán y Eva, de Mark Twain. Madrid: Trama Editorial, 2004.
“Quizá debería tener en cuenta que es muy joven... Es todo interés, ansia, vivacidad; para ella el mundo es encanto, milagro, misterio, alegría... Si pudiera tranquilizarse y permanecer callada al menos unos minutos, constituiría un espectáculo apaciguador”. (Adán).
“Me parece que la criatura está más interesada en descansar que en ninguna otra cosa. A mí me cansaría descansar tanto. Ya me cansa estar sentada observándole en el árbol. Me pregunto para qué sirve: nunca le veo hacer nada”. (Eva).
3 comentarios:
Yo la fui a ver, creo que el año pasado, y mi me encantó.
Id a verla, en serio, os lo pasaréis muy bien.
A ver si este año... ejem...
Eso digo yo... Si la ponen voy de todas todas... Aunque sea yo solo...
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