De Lope de Vega.
Versión de Juan Mayorga.
Con: Jordi Bosch, Doménec de Guzmán, Pepo Blasco, Cristina Plazas, María Molins, Carme Poll, Oscar Rabadán, Marco Aurelio González, Roberto Quintana, Andrea Montero, Kim Dalmau y otros.
Direción: Ramón Simó.
Teatro Nacional de Cataluña. Madrid. Teatro Pavón.
La obra dramatiza la revuelta popular de los moradores de la villa cordobesa de Fuente Ovejuna contra su gobernante, don Hernán Pérez de Guzmán, Comendador Mayor de la orden de Calatrava, hartos de sus injusticias, afrentas y abuso de poder. El levantamiento, protagonizado por todos los vecinos del pueblo, niños y mujeres incluidos, culminó con el defenestramiento y muerte del comendador, su brutal mutilación y escarnio y el saqueo de su casa mientras los lugareños proferían gritos a favor de los reyes Isabel y Fernando.
Como en otras ocasiones Lope se apropia de un suceso real perfectamente documentado para trascenderlo y convertirlo en materia artística, engarzándolo en el trasfondo histórico de la rivalidad por el trono de Castilla que mantienen Isabel la Católica y Juana la Beltraneja (apoyada por la orden de Calatrava) y enriqueciéndolo con la peripecia amorosa de Frondoso y Laurencia, esta última en el punto de mira de la lascivia del Comendador. El resultado es una elaborada trama teatral de fuerte contenido ideológico en la que Lope, sin renunciar a su defensa de la monarquía absoluta, no oculta su simpatía por los movimientos de insurgencia nacidos en el seno del pueblo llano contra la tiranía de los señores, clase corrompida que se negaba a renunciar a sus privilegios y simbolizada en la obra por los jerifaltes de las órdenes de caballería.
La versión de Juan Mayorga parece respetar las diversas líneas de conflicto que la obra original desarrolla, superando interpretaciones simplistas que con frecuencia han potenciado en exclusividad su mensaje social -innegable, por otra parte-, aunque no se si el montaje explicita en toda su complejidad la tupida red de intereses, deseos y motivaciones que impulsan y mueven a la acción a los personajes, a todos ellos. Es cuestión, quizá, de matiz, de ritmo, de gradación, pero en sus primeros “compases” cuado echa a andar la obra (con el alegre y desenfadado intercambio de confidencias entre las labradoras o los juegos de ingenio y el cortejo de los mozos en un ambiente de franqueza y entusiasmo) se genera unas expectativas que luego no se ven del todo confirmadas. Es verdad que las ofensas inflingidas por el Comendador a todo el pueblo superan con mucho los límites de lo tolerable, y que los durísimos reproches de Laurencia a su propio padre y a sus convecinos apelan a una venganza cruenta y preludian una orgía de sangre, pero parece que esa explosión de rabia una vez desatada siguiese una dinámica propia, al margen de las convenciones inherentes a lo teatral, a la representación misma, y la virulencia de las acciones físicas (alboroto, sillas y mesas rodando por el suelo, estocadas ...), suplantase la racionalidad del texto y la férrea concatenación de causas y efectos en el expresada.
Con todo, el espectáculo depara momentos de gran belleza y de gran intensidad dramática sustentado en un solvente trabajo actoral de conjunto en el que destacan la alegría desbordante y la sensualidad de la moza Laurencia (Cristina Plazas) y su vitalidad casi animal de mujer afrentada; la altanería, soberbia y actitud despótica del Comendador (Jordi Bosch); el donaire y la belleza de la vivaracha Pascuala (María Molins); la hombría de bien y la franqueza un tanto bobalicona del apasionado Frondoso (Óscar Rabadán) o el continente mesurado, la nobleza y la contención de Esteban (espléndido Roberto Quintana).
Gordon Craig.
4 comentarios:
Que si eso, metemos un poquito de spam en tu blog...
No he visto esta puesta en escena, pero como siempre, tu reseña es muy explicativa y completa. Un saludo.
Manolito guapito
hola, hola caracola... Mujer Tirita ya he limpiado el blog... Gabriela gracias por tus palabras, siempre son un aliento para continuar... usuario anónimo, está tarde unas cañas, eh?
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