lunes, septiembre 12, 2005

TEATRO. Tres sombreros de copa. "Insólita despedida de soltera".

De: Miguel Mihura.
Con: Cipriano Lodosa, Ángeles Martín, Miguel de Grandy, Carlos Urrutia, Jordi Soler, José Luis Coll, Carmen Martínez Galiana y otros.
Escenografía: Gil Parrondo. Dirección: Gustavo Pérez Puig.
Madrid, Teatro Príncipe Gran Vía.



Antes de verano reseñábamos aquí Melocotón en almíbar y nos felicitábamos de que en la celebración del centenario del nacimiento de Miguel Mihura la iniciativa privada nos brindase la oportunidad de asistir al montaje de alguna de sus obras, condenadas, por cierto, al ostracismo por el teatro público, pese a tratarse de un autor de referencia en la dramaturgia de posguerra, e impulsor, junto a Jardiel Poncela, de la renovación del humor en el teatro español del medio siglo. La película de Garci este agosto, basada en Ninette y un señor de Murcia, el musical sobre Maribel y la extraña familia, y ahora este reestreno, bajo la batuta de Pérez Puig, de su obra más emblemática amplían la oferta y posibilitan el conocimiento del legado teatral de Mihura permitiendo, a la vez, reflexionar sobre su vigencia.

La acción de Tres sombreros de copa transcurre en una sola noche, precisamente la víspera de la boda del protagonista. Dionisio ha vivido hasta ahora inmerso en un mundo convencional y mediocre, en el que va a quedar definitivamente anclado mediante su matrimonio. Pero, de pronto, se cruza en su camino Paula y a lo largo de una tan intensa como insólita velada a su lado va a descubrir otro mundo, otra vida que desconocía por completo: la pasión, la aventura, la libertad. Aunque terminará siendo arrastrado al futuro de una existencia gris por el bienintencionado Don Rosario.

La pieza muestra la fértil imaginación del autor en la elaboración de las tramas y en la construcción de los diálogos; es exponente, asimismo, de una extraordinaria libertad creadora que se plasma tanto en la introducción de situaciones inverosímiles y personajes pintorescos, como el “bombero triste” o el “indio pensador”, como en el cultivo de un humor de situación -“blanco”, han llamado algunos, “inofensivo, limpio de intenciones”, reconocerá él mismo-, basado en el malentendido y en la comicidad verbal, con réplicas llenas de frases ingeniosas que rompen la lógica del discurso de los personajes según el mejor estilo de los Hermanos Marx. Ahora bien, todo ese alarde de finura e ingenio verbal con ramalazos de absurdo que en su día pudo constituir una bocanada de aire fresco en el irrespirable ambiente de las peores comedias de evasión tenía fecha de caducidad, y hoy es el día que suena a retórica vacía, lastrando en exceso el desarrollo de una acción y de un conflicto, el del individuo con la sociedad, que encarna el protagonista, ese sí valor permanente de la obra y potencialmente operante a condición de adoptarse un planteamiento escénico adecuado a la realidad social y teatral contemporánea.

Mihura está muerto y enterrado y no se si el mejor homenaje que puede dispensarse a su obra es hacer un trabajo de arqueología. Una puntual adaptación de expresiones en desuso, una mínima poda de sus excesos retóricos y algún cambio de énfasis y de estructuración de los climax con una potenciación del drama principal de frustración y de carencia de libertad y no sólo del desvalimiento y del patetismo que trasmite Dionisio no haría mal a nadie, borraría la patina del tiempo que se suele acumular sobre los textos con el paso de los años y haría más incisivo su mensaje central sacando más partido al enfrentamiento Paula-Dionisio cuya sensibilidad, ilusiones y deseos insatisfechos desbordan las vivencias de unos seres terriblemente humanos.

Pero sobre gustos no hay nada escrito, y el público, discordante al parecer con nuestro juicio, parece disfrutar con el espectáculo y con sus artífices, a juzgar por el menudeo de carcajadas a lo largo de la representación y de la larga y cerrada ovación con que premió el espectáculo a la caída del telón.

Gordon Craig.

2 comentarios:

Mancuso dijo...

Vaya por dios! con lo q m gusta mihura

Doctor Brigato dijo...

A mi tb me mola, pero esta versión para su tía, perez puig kk.