martes, septiembre 06, 2005

► LECTURAS CONVULSIVAS. Una invitación. Sin complejos.




Desde hace un tiempo, no ya tan cercano aunque cueste reconocerlo, disfruto de un placer que al parecer se va olvidando, poco a poco: la lectura. Desde aquí me gustaría invitar a todo ser viviente, y a los que no viven también, a que se acerque a él y se dejen llevar. Estos días tan grises y tristes de invierno que se avecinan, son propicios para la lectura, pero cualquiera es bueno, porque, qué me decís, de los días de primavera en los que los rayos de sol empiezan a colarse por los cristales y atizan de pleno a tu sillón favorito, ese que ya tiene tu hueco personal dibujado, ¡demasiado! Como un día sin más es ideal, también cualquier sitio es apropiado para abrir un libro y empezar a disfrutar, tampoco vamos a poner pegas por todo. No soy responsable, y lo advierto de antemano, de los efectos secundarios, los síndromes de abstinencia, o de las crisis de ansiedad que se produzcan en el transcurso de la lectura de los volúmenes imprescindibles que vamos a invitar a compartir. No lo repetiré más adelante.
Tomo prestado, pero sin permiso, como título de cabecera de la columna: “Lecturas convulsivas”, de la obra homónima de Félix de Azúa (*), que recomiendo sin paliativos ya que sale a colación. Según el diccionario ideológico del castellano Julio Casares, entendemos por convulsión: “movimiento y agitación involuntarios de contracción y estiramiento de uno o más músculos del cuerpo que produce excitación e inquietud”. Quería definir la palabreja para que nadie se venga a engaño luego, porque no quiero escuchar en el futuro comentarios o quejas del tipo: bueno es que yo entendí lecturas, lecturas recomendadas, y joder no esperaba este tipo de cosas, es que son muy fuertes.
Aprovecho también para presentarme, Doctor Faustus. Todos habréis oído hablar de mi alguna vez, o habréis leído sobre mis hazañas y desventuras, por lo tanto no voy a dar más explicaciones al respecto. Sólo me gustaría recordar que mis poderes superan muchas veces los límites de la naturaleza, por lo que el viaje que os propongo puede ser excitante pero también peligroso, asumámoslo sin complejos, dejémonos llevar, y disfrutemos.

Doctor Faustus.

(*) “Lecturas Convulsivas: una invitación”, por Félix de Azúa. Barcelona: Anagrama, 1998.

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