jueves, julio 11, 2013

TEATRO. El retablo de maese Pedro. "De asnos, jumentos, monos adivinos y otros memorables sucesos".

De Manuel de Falla.
Con: Mar Poveda, José Ignacio Peña, Itziar Álvarez, Carolina Solas, Jorge Muñoz, Soledad Vidal, Jesús Arcos, María Arévalo, Teresa Muñoz, Jesús Posada, Daniel Ledó, David Alegre, Laura García y César Pérez.
Arreglos y dirección musical: Montse Muñoz.
Dirección y puesta en escena: Emilio del Valle
Alcalá de Henares. XIII Festival de las Artes Escénicas. “Clásicos en Alcalá”.
Instituto Cervantes.

retablo

                            
Éste montaje es una síntesis de la extraordinaria capacidad fabuladora de Cervantes y del genio musical de Manuel de Falla. Se trata de la adaptación musical y escénica de dos conocidísimos episodios de El Quijote, el relativo a la aventura del rebuzno y el dedicado a la no maenos donosa y divertida historia de maese Pedro el titiritero y su mono adivino, correspondientes respectivamente a los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte de la novela.

Relatada por un paje que se dirige a la venta donde Don Quijote y Sancho van a pasar la noche, la historia del rebuzno reproduce el chusco suceso de un regidor manchego que habría intentado sin éxito buscar a su burro extraviado recorriendo él mismo el bosque rebuznando; se trata del típico chascarrillo satírico fruto de la sabiduría popular que Cervantes acertó inmortalizar dándole forma literaria. En esta ocasión sirve para contextualizar la llegada de maese Pedro a la venta y para preparar el terreno a los extraordinarios sucesos que van a tener lugar durante la representación en el retablillo de títeres de la historia de Melisendra cautiva del moro Marsilio y de su liberación por el famoso caballero don Gaiferos. Como es sabido, dada la irrefrenable tendencia de Don Quijote a confundir la realidad con lo imaginario, cuando ve que los secuaces del rey Marsilio están a punto de dar caza a los huidos se desata su cólera y la emprende a lanzazos y mandobles con las figuras del retablillo no dejando literalmente títere con cabeza.

La acción se desarrolla en una especie de tablado de marionetas de gran tamaño, montado sobre el escenario donde se sitúan los músicos, a un lado y otro de dicho tablado, don Quijote y Sancho asisten a la representación entre asombrados y perplejos. Rivalizan en este espectáculo el ingenio y la tersura de la prosa cervantina, de una sorprendente modernidad, con el talento y la sensibilidad de Manuel de Falla para evocar con su música los diversos ambientes y atmósferas sugeridos en el relato: la indolencia de don Gaiferos, los lamentos y angustia de la prisionera o el fragor de atabales y tambores durante la persecución de los amantes. Falla combina magistralmente el ritmo rápido de los recitativos con serenos y hermosos pasajes orquestales en los que se funden elementos de la música popular española con motivos del estilo neoclásico.

Aunque quizá la integración de los diversos elementos expresivos no siempre se produzca a pleno rendimiento y el movimiento escénico resulte un tanto errático y confuso, la sofisticación y el colorido de la música y la belleza de la palabra están siempre presentes y confabuladas, las más de las veces, para provocar una grata experiencia estética. De hecho el espectáculo supo a poco al reducido público congregado en el hermoso patio renacentista de la sede del Instituto Cervantes alcalaíno, público que aplaudió calurosamente a los instrumentistas e intérpretes al final de la representación.

Gordon Craig.

El Retablo de Maese Pedro en el Festival Clásicos de Alcalá.

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