lunes, mayo 04, 2009

ACTUALIDAD. Carlos de la Fuente, el alcalde que talaba árboles para crear jardines.

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“Lo escribo porque no hay más deber moral de aquel que escribe que el de no mentir nunca, que el de no mentirse nunca; y jamás tomar en cuenta el precio que no mentir, que no mentirse, acarree”. De esta forma tan categórica Gabriel Albiac define magistralmente el deber que rodea a un intelectual al encontrarse ante la barbarie que la clase política provoca en cualquiera de los niveles de la sociedad. Yo, que no soy un intelectual, voy a extrapolar esa definición, aplicándola al deber ciudadano, a ese deber que tenemos cada uno de nosotros por el hecho de formar parte de una comunidad, para denunciar alto y claro cualquier tipo de arbitrariedad que se produzca en el funcionamiento del poder público.

Mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo: para crear un parque estaban talando los árboles ya existentes, para ajardinar una zona verde estaban derramando cientos de metros cúbicos de hormigón sobre la tierra ya cubierta de hierba primaveral.

“Talemos los árboles y embaldosemos las zonas verdes”. Esto es lo que entiende Don Carlos de la Fuente, alcalde de Galápagos (Guadalajara) y su equipo de gobierno, socialista, de lo que es un jardín, de cómo se “construye” un parque.

No hace falta siquiera recurrir a ingenieros forestales o a diseñadores de jardines para planificar una zona verde; tan sólo se requiere de un poco de sentido común y de mucha, mucha más humildad ¿Qué estarán pensando los ancianos del lugar, nuestros entrañables abuelos, que hace más de sesenta años, cada mañana iban al “monte del campo”, nada más amanecer, para chapodar encinas y robles para poder calentar sus hogares? Maldecirán en silencio y se agitarán cada noche bajo las sábanas como niños asustados: ¡qué llega el alcalde que talaba árboles para crear jardines!

Quizás, ninguno de los miembros del equipo de gobierno, hayan leído en su vida, ni lo vayan a hacer nunca, a Walt Whitman, a Henry David Thoreau, a Ralph Waldo Emerson, y ni tan siquiera conozcan “al hombre que plantaba árboles” de Jean Giono. Pero muchos otros ciudadanos tampoco, y sin embargo, si que saben lo que es disfrutar a diario de agradables paseos entre los restos de la centenaria fresneda que acompaña al río Torote en su eterna lucha por llegar al mar. Y estos vecinos, que si que conocen lo que cuesta criar un árbol, y gozan de su frescura, de su sombra y de su compañía junto a sus hijos, al igual que nuestros abuelos, también votan. ¡Acuérdense convecinos ese día del alcalde que talaba árboles para crear jardines!

Aquí podéis visitar la página web del Ayuntamiento.
y está es la dirección de correo electrónico del alcalde por si alguien quiera hacer alguna recomendación sensata: alcaldia@galapagos.es .

Walt Whitman.
Henry David Thoreau.
Ralph Waldo Emerson.
Jean Giono.
El hombre que plantaba árboles.

1 comentario:

elena dijo...

Si hay algo mas complicado que luchar contra el hormigón sobre la tierra, es hacerlo contra el de las cabezas.