lunes, septiembre 29, 2008

TEATRO. EL RINCON DE GORDON CRAIG. La puerta del Sol. "Un episodio nacional".

.
Adaptación de Jerónimo López Mozo de El 19 de Marzo y El 2 de mayo, de Benito Pérez Galdós.Con: Carlos Álvarez Novoa, Jesús Noguero, Juan Díaz, María Valverde, Ramón Barea, Luis Perezagua, María Alfonsa Rosso, Zutoia Alarcia, Paco Racionero, Chete Lera y otros.Escenografía: José Hernández; vestuario: Javier Artiñano.Dirección: Juan Carlos Pérez de la Fuente. Madrid. Teatro Albéniz. 26 de septiembre de 2008.



Vuelve a mostrarnos Pérez de la Fuente en este montaje, como ya lo hiciera en Pelo de tormenta, por ejemplo, su afición por la vertiente más espectacular del teatro, por su faceta de fiesta y de celebración, demostrándonos una vez más que sin minusvalorar las distancias cortas, el cara a cara de los personajes, los detalles más nimios de cada escena, se desenvuelve como nadie con los grandes movimientos de masas en el escenario. A título anecdótico, recuerdo haberle oído contar las dificultades que tuvo que superar en el María Guerrero, un teatro de caja estrecha para organizar el formidable movimiento procesional con María Jesús Valdés subida en unas andas y rodeada de sirvientes y eunucos en La visita de la vieja dama; pero es que las de este espectáculo superan lo imaginable. Ya me dirá cual es su secreto para movilizar en escena semejante tropel de actores, “caballería” y pertrechos de guerra sin provocar una auténtico caos.

La ocasión verdaderamente merecía el esfuerzo: dramatizar el tercero de los Episodios Nacionales de Galdós que refiere dos sucesos de enorme trascendencia histórica como son el Motín de Aranjuez y el levantamiento del 2 de mayo del pueblo de Madrid contra de las tropas francesas; y el resultado es más que notable, empezando por una meritoria adaptación de Jerónimo López Mozo, que ha hecho una espléndida labor de síntesis para reducir a dos horas y media una trama novelesca tan compleja y terminando por el ambicioso montaje, revelador en su grandiosidad y elevado tono épico del heroísmo desplegado por los protagonistas de una gesta que habría de cambiar el destino de España.

El expediente se resuelve por medio de una larga conversación de un joven Galdós con el anciano Gabriel Araceli a través de cuyos recuerdos y ensoñaciones se revive el pulso de la vida cotidiana en el Madrid de la época y van aflorando los gloriosos y truculentos acontecimientos que jalonan la historia y que son juiciosamente valorados por un Galdós ya adulto, que denuncia la incuria y cobardía de los gobernantes en contraposición con la gallardía del pueblo en armas; un pueblo, cuya ignorancia lamenta y al que moteja de “comparsa de la Historia” y del que afirma que se lleva siempre la peor parte.

El trabajo del elenco en su conjunto está a la altura de las circunstancias. Carlos Álvarez-Nóvoa lleva a cabo una ciclópea labor en el papel del octogenario Gabriel Araceli; ponderado en sus juicios del pasado, tiembla todavía ante la magnitud del horror de la represión de los franceses y recuerda emocionado y tierno al amor de su vida. En el ecuador de la obra, la aparición de Galdós adulto (espléndido Ramón Barea), reflexionando sobre la barbarie y sobre el ineluctable signo trágico de nuestras asonadas y pronunciamientos es sobrecogedora. Pero no desmerecen el trabajo de Luis Perezagua en el sentencioso clérigo Don Celestino; o el de la desvalida y sumisa Inés (María Valverde); el de la expansiva y lenguaraz comadre Doña Ambrosia (Zutoia Alarcia); o la pintoresca estampa del taimado y codicioso Don Mauro (Chete Lera); o la bellaquería del beodo rapavelas Santurrias (José Carlos Gómez); o la antológica pieza oratoria de Pujitos (Daniel Gallardo) arengando a los amotinados.

Gordon Craig.


28-IX-2008.

No hay comentarios: