martes, abril 01, 2008

LIBROS. “Sin destino” de Imre Kertész.


Imre Kertész es un polifacético escritor húngaro, Premio Nobel de Literatura, que es distinguido aparte de por sus novelas por sus fotografías. He de reconocer que yo lo conocía más por su obra fotográfica que por sus novelas hasta ahora, porque no había leído nada suyo.

Acercarte a “Sin destino” es aproximarte a los campos de concentración nazis, en un principio tímidamente, casi sin querer, guiado por la ingenuidad de un adolescente que no entiende bien hacia dónde se dirige, pero que más tarde, casi sin darte cuenta, el relato, a cara de perro y sin miramientos, te arroja al ojo del huracán, en unos instantes te encuentras rodeado de seres humanos humillados y vejados, a los que les han arrancado el alma, fantasmas esqueléticos, espectros con formas humanas, mentes y cuerpos destrozados por el horror nazi.

La novela comienza con la despedida del padre de nuestro joven protagonista, György, de su familia en Budapest, porque ha sido llamado por las nuevas autoridades nazis para realizar trabajos forzosos en algún campo del Este de Alemania. Más tarde y según avanza el relato, György también es convocado para trabajar en la refinería de la Shell en una isla cercana a la capital húngara y tiene que abandonar sus estudios definitivamente.

En un momento dado, tras un control de fronteras a la afueras de Budapest, György es introducido en un tren y enviado sin miramientos a un campo de exterminio. Tras una agónica travesía en un vagón de mercancías, el joven húngaro llega a Auschwitz-Birkenau. El destino quiso que por su edad y por sus condiciones físicas los nazis lo trasladaran al campo de trabajo de Mauthausen en vez de a la cámara de gas.

Kertész nos acerca inocentemente y desde la fina ironía que rodea su prosa, al horror del exterminio nazi, como no queriendo, pero mostrándonos lentamente toda la crudeza del sufrimiento humano extremo. Y es en esta parte de la narración dónde surge, desde lo más profundo del ser humano, la idea de supervivencia, el no abandonarse, para que el cuerpo y la mente te permitan seguir adelante, al menos un día más, unas horas más, al menos unos minutos más.

Me gustaría quedarme con dos ideas, reflexiones en voz alta, que me parecen fundamentales, a modo de conclusión, y que flotan a lo largo de todo el texto de Kertész: la idea de destino y la de culpa y memoria.

György sostiene en la última parte de la obra que “si existe la libertad no puede existir el destino, por lo tanto, nosotros mismos somos nuestro propio destino”. Y hablando en primera persona: “Yo había vivido un destino determinado: no era ése mi destino pero lo había vivido [...] y ahora tendré que vivir con ese destino [... porque ...] nunca empezamos una nueva vida sino que seguimos viviendo la misma de siempre”.

El protagonista de “Sin destino” en medio de una conversación final con los señores Fleischmann y Steiner, reflexiona sobre los conceptos de vida y recuerdo y de culpa; y dice así: “podría empezar una nueva vida, si naciera de nuevo, o si alguna enfermedad acabara con mi mente [... pero ...] mi experiencia había sido real y yo no podía mandar sobre mis recuerdos. [...] No se trataba de culpas, [tan] sólo había que reconocer las cosas, simplemente, humildemente, razonablemente, por una cuestión de honor”.

Wikipedia. Imre Kertész.

2 comentarios:

Persio dijo...

Gracias por la recomendación.
La verdad es que no conozco nada de este autor y me dan ganas.

Doctor Brigato dijo...

Persio: anímate, no te arrepentirás. Y me cuentas.