jueves, julio 27, 2006

MÚSICA. Summercase, 15 de julio de 2006. “Sigur Ros”.

Aunque el cuerpo ya estaba caliente y con todos los sentidos orientados hacia los escenarios de Boadilla, el cansancio ya empezaba a hacer mella y más de una vez se pasó por nuestras cabezas abandonar y escuchar el resto de conciertos desde casa tumbados en el sillón del cuarto de estar. Esta vez el ”planning” señalaba como primer destino a Belle & Sebastián, pero como pasó el día anterior con los Dandy Wharhols, los escuchamos desde la hierba. El Chasky y sus colegas nos aseguraron que fue un concierto memorable. Apuntado queda para la próxima.



Nuestro primer destino fueron los Super Furry Animals. Gran recital de los animales peludos, una descarga de buena música que no tenía límites y que en muchas ocasiones rozó un nivel altísimo. Los deberes con los Super Furry no estaban hechos del todo y no los disfrutamos con toda la intensidad debida, pero lo que es absolutamente cierto es que nunca olvidaremos su Calimero.

El “planning” de Sir Hannofer tenía dos apuntes en esta ocasión, los daneses The Cardigans por un lado y los islandeses Sigur Ros otro. Todos teníamos pocas referencias de los Sigur, un par de escuchadas de alguno de sus discos y la melancólica y lacónica nota de la Mujer Tirita en su blog de hace unos meses. Nos acercamos a ver a los Cardignas, pero pese a la presencia de Nina, los daneses nos dejaron un poco fríos. Sin lugar a dudas este fue el punto clave de la noche. Fuimos a ver que tal sonaban los Sigur Ros pero sin muchas ganas.

La carpa no estaba tan llena como el día anterior con los Chemical Brothers lo que nos permitió colarnos. El concierto estaba empezado y bastante gente estaba declinando la propuesta de los islandeses por Daft Punk que comenzaban a calentar motores en otro escenario. No recuerdo bien cuantas canciones de Sigur Ros compartimos, ¿cuatro, cinco? No lo sé. Pero lo que si puedo asegurar sin ningún complejo y sin dejar lugar a la duda es que el encuentro con los islandeses fue mágico e interminable. Desde que entramos en la carpa el cuerpo de cada uno de nosotros comenzó a dejarse enamorar por las melodías de los Sigur poco a poco. La experiencia psicodélica empezó por ponernos los pelos de punta y terminó con un éxtasis general difícil de explicar. Sigur Ros es un grupo que canta en islandés, que toca las guitarras con arcos o golpea las cuerdas de las mismas con baquetas de percusión y que utiliza la iluminación, jugando con vaporosos forillos y con sombras chinescas. A primera vista todo lo anterior puede parecer una excentricidad y una propuesta innovadora pero con más miras provocadoras que artísticas. Pues os puedo asegurar que no, que de lo que se trata en realidad es de música en estado puro, de sensaciones al rojo vivo, de una bajada a los instintos más primitivos de cada uno que son difíciles de controlar. Después de un concierto como el que nos regalaron los Sigur Ros la pasada noche una puede decir sin complejos que la música es vida, es sentimiento, es sensación, es un regalo de los Dioses. El problema reside en despertar después de Sigur Ros, prometo que el síndrome de abstinencia es un camino arduo y difícil y no se cuando se extingue. Sólo añado que nunca había visto aplaudir tanto a un público entregado que primero quería ofrecer su sincero aplauso a los intérpretes, y más tarde les exigía que cogieran de nuevo los trastos y nos tocaron una más. Sigur Ros salió hasta tres veces a saludar ante la insistencia del público pero el estricto protocolo de horarios de los festivales y quizás su carácter nórdico nos impidió escuchar algún tema más.

¿Qué quedaba tras Sigur Ros? Muchas cosas, demasiadas, pero como que ya era lo de menos. Vimos desde la lejanía el final del espectáculo de luz y sonido de Daft Punk y prestos aguardamos para escuchar a los Maxïmo Park. Estos nos ofrecieron un buen sonido directo, mucho guitarreo y un vocalista saltarín y provocador, pero nada más, nada nuevo.

Ante mi insistencia nos acercamos a ver a Massive Attack que cumplieron como casi siempre con su trip hop mágico y envolvente. El “show” de Fatboy Slim nos sorprendió con la presencia de Mancuso y su equipo que ya daban por terminada su jornada de trabajo para Fly y daban besos y abrazos a todo el que se acercaba a ellos. Aquí terminó nuestro Summercase, nuestro mágico e inesperado festival veraniego. La vuelta a casa también se convirtió en un aventura loca, pero ya como que si da igual la vuelta a casa ¿no?

Nos resta la despedida y como no sé como ser original voy a utilizar la fórmula que nunca me fallaba cuando yo era pequeño y el última día de vacaciones delante de la playa decía: ¡Hasta el año que viene!

7 comentarios:

Wendyqueridaluzdemivida dijo...

Para mi han sido todo un descubrimiento... no entiendes ni papa de lo que dicen, pero no hace falta.

En fin, yo me consuelo con haberlos visto en un teatro (sí, un teatro) :P , donde captabas TODO de una forma ACOJONANTE.

Un beso Brigatín. Que mayor eres ya ¿eh?

Anónimo dijo...

el año que viene me apuntoooo!!!!!!!!!!!
besos.

Mancuso dijo...

el año q viene recuerdame q compre la entrada en vez d ir a trabajara, a ver si asi veo algun concierto. insisto, Daft Punk fue la-os-ti-a

Chasky dijo...

Que sí, que sí, que Sigur Ros estuvo cojonudo pero Belle & Sebastian desde que los vi han pasado a ser uno de mis grupos favoritos, enamorado estoy de ellos y lástima que no vistéis de The Spinto Band porque estuvieron de puta madre.

Doctor Brigato dijo...

Muchas gracias a todos.
Chas prometo intentar ver a los Belle...
Mancuso: DaftPunk para ti.

Anónimo dijo...

Me quedo con sigur ros de todas todas en summercase... belle & sebastian son demasiado poppies y ñoños... más de media de hora de concierto no hubiera sido necesaria ....
me quedo con primal scream, sigur ros ....

increibles dyonisos y yann tiersen en el fib!!!!!

Johnymepeino dijo...

Sigur Ros for ever.
Además, si no hubiera sido por los bloggers me habría ido al otro barrio sin coñocerlos.

Feliz verano