domingo, febrero 12, 2006

VIDA RURAL. La criatura.

Estabas asustado. Ha pasado tanto tiempo que no lo recuerdas, pero fueron unas largas semanas preñadas de temores y de advertencias diarias, cuidado dónde vas, no te alejes mucho del pueblo, no paraba de repetir tu madre y todas las nuestras, día tras día, por la mañana, por la tarde, durante la charla que rodeaba la cena. Tus temores eran otros y seguro que no soñabas con ello, pero la Guardia Civil que ya estaba investigando lo sucedido si que te quitaba el sueño.

Una tarde de verano, una más de tantas, medio pueblo paseaba por la cañada Iera, un antiguo paso de ganado, todavía vivo desde los gloriosos tiempos de la Mesta castellana, pero ya en desuso. Se trataba de un agradable camino sembrado de hierva radiante, verde y tupida, flanqueado a un lado por una olmeda fresneda y por el otro por tierra de labor, barbechos o rastrojos, campos recién segados que amontonaban paquetes de paja todavía sin recoger.

Tú estabas en la terraza del bar, ¿recuerdas el “store-bar”?, con la entrañable y enamoradiza sonrisa de Marisol enfrente tuyo preguntándote que qué iba a ser esta vez. Estabas sentado con tus amigos, seguramente degustando unas cervezas bien frías o unos chatos de vino de la tierra. Estas reuniones veraniegas eran un verdadero acontecimiento, con lo que te costó que tus padres te dejaran asistir, te sentías arropado, tus amigos, tu grupo, en ese momento era tu vida, una forma de ser, de diferenciarse de los demás y de ocupar un lugar de privilegio dentro de la comunidad.

Recuerdas también, estoy seguro de ello, cuando llegó Aurelio acalorado. Entre sudores y un tartamudeo acelerado debido a la celeridad de su llegada, venía a la carrera calle Mayor abajo, nos dio la noticia entre grandes aspavientos: una criatura había atacado a dos mujeres en la Iera, una de ellas había caído de espaldas en una de las cunetas y la otra permanecía aterrorizada entre un ataque de nervios.

Gumer, de Gumersindo García López, corrió a su casa que se encontraba cerca del Ayuntamiento y en unos minutos regresó con una escopeta de caza al hombro. Alzó la voz y pidió voluntarios para dirigirse al lugar y dar caza a la criatura. Tú y los que esa noche compartían contigo mesa os levantasteis y en seguida os ofrecisteis a acompañar al bueno de Gumer, soltero irredento, al que la vida nunca sonrió, pero a pesar de su carácter “hosco” y malhumorado muy buena persona.

Un cielo estrellado, totalmente despejado os acompañó durante el paseo. La escena era dantesca, Gumer daba instrucciones por doquier y voceaba que no os alejarais demasiado, mientras Alfonso intentaba calmar a Merce, su mujer. Alma ya no se encontraba allí, su marido Antonino ya la había llevado al puesto de la Cruz Roja para ver cual era el alcance de su traspié. No encontrasteis ni rastro de la criatura y en un par de horas volvisteis para el pueblo. En ese momento el resto, yo y BreakFrenill salimos de la oscuridad del soto bosque y nos unimos al grupo de valientes que había acompañado a Gumer. El camino de vuelta estuvo jalonado de sonrisas cómplices y miradas socarronas. El único que seguía con la cabeza caliente y no se daba cuenta del cachondeo que nos traíamos y de que el grupo había aumentado era Gumer, podría haber sido su momento de éxito, su última oportunidad de ser alguien en el pueblo, pero una vez más no fue.

La maldita careta que PrettyBreak trajo de Nueva York, tras su añito de estudios en América, se escondió en lo más profundo de nuestro garaje para no volver a salir nunca más de allí, hasta que hace unos meses apareció hecha pedazos debido al paso del tiempo y a la humedad insoportable de su escondrijo. Diez años hacía de lo ocurrido, diez años sin rastro de la bestia. Seguro que recuerdas bien las risas y las cervezas que compartimos hace unos meses para rememorar la estelar “aparición” de la criatura.

2 comentarios:

El Ratoncito Pérez dijo...

Ja, ja, ja. Recuerdo cuando me contastéis la historia aquella noche veraniega en le jardín de Break-Frenill...
Qué risas!!!, la próxima historia la del ataque de los helicópteros...

Doctor Brigato dijo...

Todo llegará... Ataque masivo...