jueves, febrero 16, 2006

POESÍA. Susurros de un vate: Ángel González.

Había un proyecto que tenía pendiente desde hacía años y que muchas veces había intentado dar forma, pero nunca había visto la luz. Era bien simple: dar a conocer, acercar, invitar sin prejuicios previos, compartir, la Poesía. Es siempre la gran olvidada, la última en aparecer, la que menos lectores tiene, pero sin embargo es la más urgente, la más directa, la más humana, la más necesaria. Además es la más complicada, la más difícil, pero también la que de mejor manera nos hace más confortable el arduo camino vital que sin descanso recorremos día a día.

¿Por qué ahora? Esta es una pregunta complicada de responder, no se muy bien porqué ahora, pero lo que si tengo claro es que hay un par de hechos que me han empujado a aceptar el reto. Uno tiene que ver con el Plan de Lectura “Érase que se era”. Desde hace unas semanas por mi hogar circulan muchos poemarios, muchos nuevos, y otros sacados de la estantería, con una gruesa capa de polvo encima; estábamos llevando a cabo una selección de poemas de amor que luego los alumnos del centro podrían recitar en el acto que hemos organizando con motivo del día de San Valentín. Muchas cosas nuevas y otras tantas veces releídas llenaron nuestros oídos de la magia de la Poesía una vez más. Era el momento sin más.

Otra razón, ha sido Doncellita. Desde que nuestro querido Ratoncito la descubrió, al menos para mi, sus palabras me han acompañado muchas veces desde entonces, sus palabras llegan, sientes, te invitan a dejarte llevar por su bello y duro mundo, el de todos. Doncellita haces que miremos la vida de otra manera, que sintamos cosas que tenemos ahí, muchas, muchos de nosotros, pero que escondemos porque no es fácil asomarse a esos balcones, hay miedo al abismo, al saber más sobre uno mismo y asumir ciertas cosas. Desde aquí te animo a seguir regalándonos preciosas sorpresas cada día, y también invito al resto de “blogueros” que se acercan a Whispers que de vez en cuando os asoméis al balcón de Doncellita, dadle una oportunidad y no os sentiréis defraudados.

No voy a hacer un discurso academicista, no estoy a la altura de ello, ni tampoco pretendo desmenuzar la Poesía. Lo que voy a intentar es ofreceros algunos poemas que a mí me han hecho sentir la Poesía dentro de mi; sin tapujos, el poema, el poeta y tú. Espero que muchos os acerquéis a algunos de estos maestros y sintáis en vuestras entrañas todo lo que llevan dentro sus palabras.

Hoy os presento dos poemas de Ángel González. No hay ninguna razón en concreto para haberlo elegido a él. Llego a mis manos su poemario “A todo amor: antología personal” de Visor, y lo leí una tarde nublada y fría de estas que nos han acompañado tantas veces durante de este mes loco de Febrero. Había oído hablar del poeta pero no me había cercado a su obra, como de tantos otros, y de tantas otras cosas. Nunca es tarde. Sin más Ángel González.

Poética.

Escribir un poema: marcar la piel del agua.
Suavemente, los signos
se deforman, se agrandan,
expresan lo que quieren
la brisa, el sol, las nubes,
se distienden, se tensan, hasta
que el hombre que los mira
-adormecido el viento,
la luz alta-
o ve su propio rostro
o –transparencia pura, hondo
fracaso- no ve nada.

Muerte en el olvido


Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso
pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

Ángel González.

Más Ángel González: A media voz

2 comentarios:

El Ratoncito Pérez dijo...

Enhorabuena Brigato!!!.
Ya sabes el porqué. Ya era hora...
La verdad es que la tarde de hoy nos ha dejado muy buenas noticias.

Doctor Brigato dijo...

De nada tron...