lunes, marzo 27, 2017

TEATRO. Ushuaia. "Hermosa historia de un amor imposible ".

Autor: Alberto Conejero.
Con: Daniel Jumillas, José Coronado, Ángela Villar y Rosa Delcán.
Escenografía: Alessio Meloni.
Música y espacio sonoro: Iñaki Rubio.
Dirección: Julián Fuentes Reta.
Madrid. Teatro Español. Hasta el 16 de abril de 2017.



Tiene escrito Alberto Conejero que “Cada obra es un laberinto donde espera un Minotauro que nos recuerda que, como todo misterio, la vida siempre tiene algo maravilloso y monstruoso a la vez”. Traigo a colación estas palabras porque definen quizá mejor que ninguna otra la esencia de la obra que nos ocupa: “Ushuaia”, que puede verse estos días en el teatro de la madrileña plaza de Santa Ana.

Este joven dramaturgo (Jaén, 1978) que ya consiguiera con “Húngaros”, en el 2000, el Premio Nacional de Teatro Universitario, saltó a primer plano de la actualidad el año 2015 al alzarse con el prestigioso premio Ceres al mejor autor teatral por “La piedra oscura”, obra cuyo montaje dirigido por Pablo Messiez fue un rotundo éxito de crítica y público.

Ushuaia responde al nombre de una remota comarca argentina situada en los confines del hemisferio austral, al otro lado del estrecho de Magallanes. En este inhóspito emplazamiento de clima extremo y apartado de la civilización es precisamente donde ha ido a buscar refugio Mateo, el protagonista, para intentar mantener vivo, en la soledad de los bosques frondosos, el recuerdo de un oscuro pasado cuyos fantasmas se niegan a abandonarle. Aquejado de una progresiva pérdida de visión se ve obligado a contratar a una joven asistenta, Nina, para que le ayude en las tareas domésticas. La llegada de esta intrusa, cuyas verdaderas intenciones están muy lejos de ser las que aparenta -su deseo expreso de buscar, a su vez, sosiego para su espíritu-, introduce un elemento desestabilizador en la vida de Mateo, constituye el desencadenante de la acción y precipita el desenlace de la misma con un Mateo decidido por fin a emprender el viaje hacia la noche y a liberarse de sus recuerdos poniendo fin al sentimiento de culpa que le corroe por dentro.

Antes de llegar a ese punto se habrá ido desvelando poco a poco el misterio, la trágica historia de amor y de muerte vivida por el protagonista y que habría de marcar definitivamente su existencia futura; una historia que como decíamos arriba, con palabras del propio autor, tiene algo de maravilloso y algo de monstruoso a la vez. Una historia de la que no puedo proporcionar más datos para no adelantar el desenlace, terrible y hermoso, y privar al espectador del placer de descubrirlo por sí mismo.

Se trata de un texto de gran hondura humana que pone al descubierto la delgada línea que separa a veces el lado más luminoso de la existencia del hombre: el amor, la amistad, la confianza o la entrega generosa a una causa, de los aspectos más oscuros de su comportamiento, como pueden ser el engaño, la traición, la violencia o la muerte. Una obra que combina escenas de un intenso dramatismo, que recrean la pasión desatada de unos seres, jóvenes, impulsivos, sometidos a la excepcional situación de una guerra, con otras donde el pasado ora se remansa en los meandros del recuerdo, ora se exacerba instigado por los remordimientos; y con otras, en fin, que ofrecen enormes posibilidades para el juego escénico, para la simulación, las medias verdades, o el ocultamiento de intenciones y propósitos que define la relación entre los personajes principales, Mateo y Nina.

Y no sé si Fuentes Reta, el director del montaje, saca todo el partido posible a ese texto exuberante, pródigo en contrastes pasado/presente y de un elevado vuelo poético.

Proporciona, en todo, caso ocasiones para el disfrute de buen teatro de la mano de un elenco entusiasta capitaneado por el veterano José Coronado en el papel principal. A quien encuentro más monocorde y menos contrastada es a Ángela Villar en el papel de Nina. No alcanzo a ver esa doblez de su personaje hasta que la llamada telefónica a su “confidente” lo hace evidente. Lo contrario ocurre con Mateo que desde el principio sospecha de las intenciones de Nina y la sigue el juego convirtiéndola en emisaria de la verdad, en propagadora del contenido de un secreto que de otro modo quedaría para siempre enterrado con él en la tumba. De cabellos luengos, voz acordada y profunda, José Coronado presta a Mateo los ademanes pausados y el continente grave de un venerable anciano, el desaliño y la desconfianza de un Robinsón y el carácter enigmático y compasivo de Próspero. Daniel Jumillas y Olivia Delcán dan vida respectivamente a Matthäus y a Rosa, él un rutilante capitán de la Wehrmacht y ella una heroica resistente judía de Tesalónica durante la ocupación alemana; dos jóvenes idealistas, apasionados arrastrados por la guerra a un torbellino de sentimientos encontrados porque ambos pertenecen a dos mundos irreconciliables.

Gordon Craig.

Teatro Español. Ushuaia.

No hay comentarios: