jueves, enero 20, 2011

TEATRO. Memento mori. "Por fin un gesto crítico"


De Borja Ortiz de Gondra.
Con: Cristina Rota, Melanie Olivares, Nur Levi, Roberto Drago, Luis Hostalot, Manuela Nsuenzang y José Manrique.
Dirección: Jaime Chávarri.
Madrid. Teatro Fernán Gómez.



La tragedia moderna, decía Buero, intenta explorar de qué modo las torpezas humanas se disfrazan de destino. En este sentido puede afirmarse con toda rotundidad que Memento mori ejemplifica la tragedia del hombre moderno; sus protagonistas, Carlota, Irene, Sofía y su marido muerto, no son víctimas pasivas de la fatalidad sino individuos libres artífices de sus desgracias.

Obviaré en esta ocasión hacer la más mínima referencia al argumento para no privar al espectador de la estimulante experiencia del descubrimiento de todos y cada uno de los hilos de esta compleja trama que ha urdido Ortiz de Gondra para denunciar el olvido, el mirar para otro lado, y la actitud indiferente o acomodaticia frente a la barbarie cuando esta no nos afecta directamente. Baste decir que la historia se desarrolla en un país africano en guerra y que a través de la peripecia de los protagonistas, varios miembros de la familia de un diplomático de alto rango de un país occidental allí desplazados -un país que muy bien pudiera ser el nuestro, aunque esto nunca llega a mencionarse-, se reflexiona con extremada crudeza sobre la violencia de la guerra, sobre los límites de la solidaridad, sobre la corrupción, sobre la responsabilidad personal y sobre la memoria.

Articulada en secuencias breves, como si se tratara de un montaje cinematográfico, la acción avanza rápida, aunque, a nuestro entender, con un patrón demasiado homogéneo y sin diferencias perceptibles de ritmo que marquen los clímax y los momentos donde la tensión debe relajarse y remansarse para permitir al actor explorar en profundidad sus sentimientos y al espectador absorber ese fondo emocional que refleja la trascendencia humana del conflicto y sin el cual la obra se ve reducida a las dimensiones de un mero alegato, de una denuncia, por dura o valiente que esta sea. Hay un abuso de la yuxtaposición, y las transiciones en negro entre escena y escena distraen el hilo del discurso dramático, aminoran el impacto de las imágenes y diluyen el esfuerzo y el entusiasmo de los actores. Un trabajo, meritorio en general, notable incluso, en ocasiones, en la obstinación de Carlota (Nur Levi) en permanecer junto a su marido ayudando a los más necesitados, o en su impotencia y en su decepción cuando descubre los manejos de éste; o en la vehemencia y la pasión por la verdad de Irene (Melani Olivares); o en la actitud desengañada de Sofía (Cristina Rota) y en su insobornable voluntad de preservar del dolor y del sufrimiento a las personas que ama, y en su dolor.

Con sus luces y sus sombras, por fin un poco realismo de signo crítico sobre el escenario; una mirada lúcida y penetrante hacia una realidad concreta, incómoda, dolorosa, cruel, que pone en evidencia nuestra falta de compromiso y la fragilidad de los fundamentos de nuestro código ético.

Gordon Craig.

Teatro Fernán Gómez. Memento Mori

1 comentario:

Mara dijo...

Hola, ante todo enorabuena por vuestro trabajo y comentaros que llevo una revista online que llevamos agenda cultural y de arte, asi que si quereis ser incluídos en cualquier mes escribir al mail de mi blog. La revista sale el día 15 de cada mes.