lunes, abril 05, 2010

TEATRO. Palabra de perro. "El gusto por la paradoja".


De Juan Mayorga.
Con: Juan Ceacero, Fernando Valdivielso, Arlette Torres, Julia de Castro, Georbis Martínez y Pablo Alonso.
Trabajo corporal: Hervé Palito.
Teatro de Cámara Cervantes. Dirección Sonia Sebastián.
La Casa encendida. Madrid. 31 de marzo de 2010.


Puede descubrirse en este texto de Juan Mayorga una doble filiación. Por un lado constituye una profesión de fe cervantina. Inspirado en El coloquio de los perros, sus personajes principales son también los canes Cipión y Berganza, a los que les ha sido concedido inexplicablemente el don del habla del que se aprovechan para perorar sobre las costumbres y vicios de diversas clases sociales. Pero junto a este homenaje al Príncipe de los Ingenios hay una no menos notable impronta de la novela Corazón de Perro del escritor soviético Mijail Bulgakov. Si de Cervantes hereda la concepción de la obra como parábola moral y una cierta indulgencia para con las debilidades de los personajes, el legado de Bulgakov se percibe sobre todo en el humor sardónico y en la intencionalidad satírica; asimismo, el doloroso proceso que conducirá a Berganza al reconocimiento de su verdadera identidad mantiene ciertas concomitancias con las tribulaciones del pobre Shárik cuando intente acomodarse a su nueva identidad canina tras haber pasado por la terrible experiencia de su antropomorfización.

Con ambos autores comparte Mayorga el sentido del idioma, la lucidez en el análisis de la realidad social de su tiempo y la habilidad para incorporar a su obra el resultado de dichos análisis, todo ello fragua en una pieza que, bajo la envoltura de un género y de una expresión verbal un tanto arcaizantes -lo que probablemente confiere más verosimilitud al relato, a la vez que asegura su inscripción en el universo cervantino-, se percibe como radicalmente actual. Y el espectador no puede por menos de identificar a esa cohorte de malandrines que han envenenado la existencia de Berganza tratándole de forma inhumana con la escandalosa nómina de busconas, artistas pedantes, jóvenes disolutos, políticos venales o policías corruptos que copan las portadas de los periódicos y que harían enrojecer de vergüenza a una sociedad menos disipada.

Ardua tarea la de dar forma escénica convincente a una obra de tal naturaleza. Y hay que apresurarse a decir que el resultado es espléndido, con un notable balance de aciertos. Empezando por la labor de dirección y puesta en escena que tras haber sometido a un rigurosísimo escrutinio al texto de Mayorga aciertan a integrar visual y orgánicamente el coloquio de los canes con las escenas interpoladas que representan episodios singulares de la vida de Berganza. En clave paródica y a modo de secuencias de cine mudo estas escenas se avienen con el tono jocoserio de la plática perruna; algunas, incluso, como la que reproduce el episodio de la vieja Cañizares (soberbio Georbis Martínez) son de una factura excelente. Como excelente es el trabajo de los actores, sobre todo el de los protagonistas que tienen una mayor oportunidad de lucimiento. Sustentado sobre un riguroso trabajo corporal y fieles a una caracterización y a una gestualidad (ladridos, gruñidos, alfateo y andares de perro) que no abandonan en ningún momento su actuación rezuma entusiasmo y energía; más sentencioso, sanchopancesco y acomodaticio Cipión (Fernando Valdivielso), más ingenuo, vehemente, e inquieto Berganza (Juan Ceacero), ambos actores modulan estupendamente la evolución psicológica sufrida por los personajes y su ansiedad creciente a medida que se acercan al descubrimiento de la verdad. Y vibrante, en fin, es el final, que explicita la demoledora conclusión de la obra, la dramática paradoja de que los protagonistas tengan que recurrir precisamente a la fuerza bruta, a la violencia, para defender su condición de hombres ante quienes han decidido mantenerlos en el estadio animal.

Gordon Craig.

La Casa Encendida. Palabra de perro.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Esperemos poder ver la obra en Madrid, en alguna sala, porque en la Casa Encendida ha sido visto y no visto.