martes, octubre 16, 2007

TEATRO. El hombre almohada. "Enigmática y truculenta".


De Martín McDonagh.
Con: José Vicente Moirón, Javier Magariño, Gabriel Moreno, Luis Mariano López y Lourdes Gallardo.
Dirección de Denis Rafter.
Madrid. Círculo de Bellas Artes. Sala Fernado de Rojas.



El hombre almohada es una mezcla de thriller psicológico, comedia negra y sátira sociopolítica. Katurian K. Katurian, modesto trabajador en un matadero y apasionado escritor de relatos para niños, es arrestado por la policía para esclarecer la macabra coincidencia entre el argumento de algunos de esos relatos y unos horribles asesinatos recién descubiertos. La impunidad con la que trabaja la policía –la obra está ambientada en un supuesto estado dictatorial donde los derechos más elementales del detenido estarían suprimidos-, la inquietante atmósfera de los calabozos, la brutalidad de los interrogatorios y la propia naturaleza truculenta de las historias objeto de la investigación convierten la escena en una verdadera cámara de los horrores donde cualquier acto de violencia y de degradación es posible.

Pronto descubriremos la relación que existe entre Katurian, su hermano Michal y los asesinatos, aunque para conocer toda la verdad habrá que esperar a presenciar el elaborado desenlace. Bueno, en realidad tampoco entonces conoceremos toda la verdad pues el final de la obra, tan enigmático como la historia de “Los tres condenados”, una de las muchas fruto de la fértil imaginación de Katurian, no revela la subterránea y oscura fuente de violencia y crueldad que anima tanto los métodos inquisitoriales de los policías Tupolski y Ariel como los no menos oscuros e inconfesables impulsos creadores de Katurian. Tampoco aclara como influye la literatura en la vida, aunque parece deducirse de la obra que la influencia puede ser notable en las impresionables mentes infantiles y que el escritor, por muy artista que sea nunca es del todo inocente de los efectos indeseados de su obra.

La trama es quizá demasiado alambicada, más tópica la ejecutoria de los policías, más novedosa la historia y relaciones de los hermanos, aunque se mantiene siempre la intriga merced a los frecuentes cambios de rumbo en el desarrollo de la acción dramática, y probablemente haya un exceso de materia narrativa con numerosos relatos incrustados, auque también hay que decir que esos pasajes constituyen los mejores momentos del espectáculo, sobre todo por la soberbia actuación de José Vicente Moirón en el papel de Katurian, que cuando narra posee, como el sonido de la flauta de Hamelin, el don del encantamiento. Javier Magariño (Tupolski) y Gabriel Moreno (Ariel) están, asimismo, convincentes en sus respectivos papeles, dos matones cínicos y sin escrúpulos de aspecto atildado y chulesco. En conjunto el montaje funciona; Denis Rafter ha sabido conjurar los momentos en los que la obra se hace lenta o reiterativa imprimiéndola un ritmo adecuado y rodeando a los personajes de una efectiva ambientación espacial y sonora.

Gordon Craig.

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