jueves, septiembre 20, 2007

PINTURA. Patinir en el Prado.


Llevaba mucho tiempo queriéndome acercar al Museo del Prado, pero por unas cosas u otras, hasta ayer no pude hacerlo. Supongo que a parte de la ajetreada vida actual de todos nosotros, que no nos permite sacar muchos momentos para pasear por las galerías y pasillos de un museo y dejarnos llevar por las obras expuestas, algo también tienen que ver las preferencias de ocio de cada uno. Yo tengo que reconocer que me puede el teatro y el cine antes que la pintura o la escultura.



A pesar de todo lo anterior, ayer, por fin, pude contemplar la exposición de Joachin Patinir. El paisajista flamenco, hasta esta muestra, era un gran desconocido para mi, pero recuerdo que me picó la curiosidad, cuando leí que era un gran admirador de El Bosco, uno de mis pintores renacentistas favoritos.

En esta ocasión el Prado ha reunido unas cuarenta obras para la ocasión. Una primera sala muestra los precedentes a la obra de Patinir en lo que respecta a la representación de paisajes, como: Jan van Eyck, Robert Camping y ocasionalmente El Bosco y Durero; a continuación vienen varias salas con sus propias obras y una final que nos ofrece una breve perspectiva de la influencia del pintor belga.

Patinir da un papel primordial al paisaje dentro de la composición del cuadro, en muchas ocasiones compuesto además de diversos personajes que forman parte de alguna imagen religiosa. En lo que respecta al espectro de color cabe destacar que en el primer plano, Patinir, suele utilizar tonos ocres, verdes en los medios, y azules al fondo, sobre la línea de horizonte.

No me gustaría terminar, sin dedicarle unas líneas a un cuadro que me entusiasmó: “Caronte atravesando la laguna Estigia”. Se trata de uno de los cuadros más conocidos del autor, fondo del propio Museo del Prado, y quizás muchas veces ignorado injustamente en nuestros paseos por la pinacoteca madrileña, ante la magnitud de algunos de sus vecinos de pared. El cuadro, en una simetría casi perfecta, nos muestra en primer término a Caronte que trasporta un alma en su barca por la laguna Estigia, de una orilla a otra, la una con aguas muy claras y con tonos azulados suaves, la otra más siniestra y con unas aguas más oscuras, azules fuertes casi negros. A la derecha de la laguna se encuentra el Paraíso, con unos exuberantes bosques, un palacio de cristal, clara influencia de El Bosco, y unos inmaculados ángeles, que parece, que con un silente susurro llaman al alma penitente hacia ellos. Justo al otro lado, a la izquierda de Caronte, Patinir nos muestra el Infierno, el reino del mal, con Cerbero, el mitológico perro de tres cabezas en su guarida, y tras unos siniestros bosques, muy oscuros, a los lejos, varios puntos de fuego que nos recuerdan hacia donde se dirige esa inocente ánima.

Museo del Prado. Patinir.

No hay comentarios: