jueves, mayo 25, 2006

MÚSICA. GLASSFLIPFLAP y dos.

Una vez que la música en directo te atrapa una vez y despierta hasta la última terminación nerviosa de tu cuerpo durante unas horas, en ese momento ya se convierte en algo sublime, en una especie de necesidad vital a la que no se puede renunciar, en un narcótico del cual no puedes prescindir nunca.

Las dos veladas de las que pudimos disfrutar los Brigatos en estas últimas semanas se pueden considerar droga dura: por un lado el cañero y a la vez nostálgico sonido de José Ignacio Lapido que aparte de los temas de su nueva andadura en solitario nos regalo algunos de los míticos temas de los irrepetibles 091 en la sala Moby Dick. Por otro lado en la antigua sala Arena, actualmente Heineken, pudimos degustar las armónicas y agridulces melodías de unos Lori Meyers que estrenaban sello discográfico y para celebrarlo ante un entusiasta público madrileño nos interpretaron algunas de sus nuevas canciones.

La noche de Lapido comenzó en ese nuevo templo de peregrinaje de los Brigatos, la Trébede, con unas buenas copas. Sorpresa tras sorpresa, fueron apareciendo pareja tras pareja, y yo de carabina hasta que como caído del cielo llegó FlyMancuso. El concierto estuvo a la altura de las expectativas creadas, y yo que nunca había asistido a un recital de Lapido, doy fe de ello. Lapido es todo fuerza e intensidad encima de un escenario, es uno de esos músicos que se crece sobre las tablas, su directo convierte a sus melodías en otra cosa, sus letras se vuelven más aguerridas, y el guitarreo del granadino y su banda te transportan a un estado sensorial fuera de lo normal. Los temas míticos, los de los históricos 091 convirtieron a la pequeña sala en una olla a presión que nadie sabía por dónde iba a estallar: nunca había visto de esa manera a Hannofer y a su inseparable JaviBroker. Cerró la noche un tema con la voz siempre cálida y amable de Kike González y las mil una vueltas al escenario de Lapido y los suyos jaleadas por un público entregado y exhausto pero que siempre pedía más y más. Lo que decía más arriba: droga dura.

La historia del concierto de Lori Meyers es diferente pero no por ello menos intensa y divertida. En esta ocasión la quedada inicial fue en el “self service”. Esta vez no hubo gabardina del inspector Cousteau, pero si americana de sindicalista brit: aparición estelar y esperada de un Chasky guerrero y con ganas de dar tralla a un FlyMancuso, cada vez más domesticado y está vez con correa a la moda hip hopera colgando de uno de los bolsillos de sus tejanos. Esta noche también contamos con la agradable y siempre bienvenida visita de FlyFriki, uno de los tíos que conozco que más sabe de música, junto al ayatola Hannofer. Lori tenían ganas a Madrid y venían a crecerse encima de un escenario. Por un lado su última velada madrileña fue un pequeño fiasco, aquella noche en La Riviera junto a Sidonie LHR y Budapest, dónde la Bala Perdida se hizo persona reconocible, encantadora y rezumando alegría y buen humor desde el primer momento. Y por otro lado el traumático paso de una compañía a otra de los Lori, un engorroso proceso cargado de burocracia y malos rollos que no conlleva más que sinsabores y cabreos. A lo que íbamos, los Lori empezaron con fuerza y nos regalaron un concierto memorable, preñado de los insuperables temas de su primerizo “Viaje de estudios” y con canciones, nuevas y no, de su último trabajo “El Hostal Pimodan”. Los conciertos de los Lori Meyers te ofrecen una descarga positiva de emociones y una buena dosis de buen rollo, es algo así como si su sonido directo te llegara dentro y excitara sin descanso esa zona sensitiva que produce satisfacción y alegría. Los granadinos siempre te dejan con ganas de más, ya nos pasó en más de una ocasión: Moby Dick, Contempopranea, etc y esta vez no podía ser de otra manera. Prometieron volver a Madrid pronto. Ya los esperamos ansiosos.

Y todo este aluvión de buenas vibraciones a unas semanas de que comience el verano y las noches eternas y mágicas de los festivales. ¡Hasta que el cuerpo aguante!

3 comentarios:

Chasky dijo...

Qué penita que da el mancuso, va de mal en peor, solo le faltaba la gorrita hacia atrás, ain, han quedado atrás aquellos pantalones de cuadros.

Doctor Brigato dijo...

Es que la correa fue demasiado!!!!!!!!!!!

Chasky dijo...

Yo tampoco sé que tipo de música hace esta gente pero ya que tengo dos entradas habrá que ir a verlos.