¿Qué hay de Gabito, pasando por Gabo hasta llegar a Don Gabriel? Pues toda una vida, una aventura de alegrías y desencuentros que se abre camino a través de las páginas de “Vivir para contarla”, las memorias más esperadas de la literatura actual.
Ha vuelto la magia de García Márquez, la de la narración sin tapujos, la de la locura de una literatura viva y candente, la del arte del preciso alquimista para juntar palabras, la de las mil y una miradas de sus personajes. El genio caribeño ha vuelto a invadir nuestros hogares con un libro de memorias que gira en torno a dos ejes fundamentales. Por un lado, se trata de una delicada descripción de su transcurrir en la vida, desde sus primeros años de aldea, en la profunda Colombia, hasta los años interminables de estudiante, cuando forja su oficio, el de escritor. Por otro, es una crónica viva y abierta de la historia de su país, de la Colombia de la guerra civil interminable, desde los tiempos de Simón Bolívar y la independencia del imperio español hasta la actualidad.
Podemos encontrar en la última obra de Gabriel García Márquez, con una narrativa desbordante, un verdadero manual de estilo de cómo se hace un escritor. Su pasión desmedida por la lectura, convulsiva a veces, leyendo todo lo que cae entre sus manos y en cualquier sitio y momento. Y después la llamada desde lo más profundo de su ser para escribir, para dejar correr la pluma por el papel, y exteriorizar todo lo que lleva dentro; sus trabajos incesantes en la prensa, sus primeros relatos y cuentos, sus novelas para la historia.
El autor colombiano también nos deja entrever cual es su ideario literario, de donde salen algunos de sus personajes más entrañables, sus recónditos pueblecitos, el mágico mundo garcíamarquecino; por ejemplo de donde vino el nombre de Macondo, la inolvidable aldea de “Cien años de Soledad”, o como Don Aureliano Buendía, el coronel, se tenía que apellidar Buendía y no de cualquier otra manera imaginable.
“Vivir para contarla”, es ante todo un homenaje a la vida, a la de todos los días, a la de cada uno de nosotros, sin más alharacas ni adornos superfluos que la desdibujen. La lucha diaria, con los demás y sobre todo con uno mismo, que tenemos por conseguir que se haga realidad lo más profundo que llevamos dentro, que aunque no nos demos cuenta, nos pide un pequeño resquicio para poder ver la luz desde que nacemos. En el caso de García Márquez, su sino, para deleite de todos, ser escritor.
Doctor Faustus.
Referencia bibliográfica: Vivir para contarla, por Gabriel García Márquez. Barcelona: Mondadori, 2002.
2 comentarios:
Es el mejor escritor vivo en español. Inagotable. Único.
Un saludo cordial.
Hola Gabriela...
García Márquez marcó una época en la narrativa moderna, no creo que fuera exagerado afirmar que Cien Años de Soledad fue un punto de inflexión tan importante como lo fue en su momento el magistral Quijote de Miguel de Cervantes.
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