sábado, noviembre 19, 2005

LIBROS. Lecturas Convulsivas. Seda, de Alessandro Baricco.

“Seda” es una novela que no deja indiferente a ningún lector, muchos se enamoran de ella, pero muchos también, ponen cara de incredulidad y de pocos amigos después de la lectura, como queriéndonos decir, ¿esto es todo? ¿y esto era para tanto? Lo advierto desde el principio, unos quedareis prendados y otros desencantados, muchas veces la magia de la literatura no nos envuelve a todos por igual, los manjares sólo son aptos para paladares exquisitos.

Yo descubrí Seda hace ya unos años pero recuerdo el momento como si fuera ahora mismo, desde que cayó en mis manos y empecé a leerla, una sensación especial me acompañó hasta que cerré el librito, para dos horas después, impaciente y ansioso, volver a abrirlo. La he leído ya unas cuantas veces más desde entonces, es una historia de cabecera, de las que acompañan a uno a lo largo de toda una vida.

Baricco considera a Seda una historia, pero no una hermosa historia de amor, aunque en realidad lo sea, porque según el autor si tan solo hubiera sido eso no habría valido la pena contarla. Con un estilo original, pulcro, pero conciso y escueto, muy particular, el narrador italiano, nos señala que hay algo más que un simple comerciante de gusanos de seda detrás de Hervé Joncour, su protagonista, pero eso lo tiene que descubrir el propio lector, dejándose llevar página tras página, sin precipitarse; el tempo de la novela es pausado, lento, pero la musicalidad del texto te envuelve por completo, desapareces, estás por unos momentos dentro de la ficción.

En Seda se refleja el amor como ruptura con el orden social y con el mundo natural, de una forma tímida pero atrevida. Hervé Joncour, ya no es la misma persona después de su primer viaje a Japón, algo hierve en su interior, pero aun con esas la idiosincrasia de la vida, de la sociedad que le rodea, le estrangula sus sentimientos, le coarta su libertad. Luis Cernuda, ya sostenía esta idea, “la única verdad del hombre es la verdad del amor, […] pero a lo largo de la historia de Occidente, se ha considerado al amor como una trasgresión social, un delito”(*). Hoy en día, todavía existe ese miedo, infundado, cobarde, a dejar correr nuestros sentimientos, a expresarnos abiertamente o a caer en las manos de la persona amada sin complejos. Pero, si dejamos olvidada a la pasión del amor, “la experiencia más alta para nuestra civilización”(*), según sostiene el maestro Octavio Paz, si acallamos su suspiro incesante, ya malherido, de nuestro interior, ¿a qué nos agarramos?, ¿vale la pena seguir luchando?, ¿qué nos queda?

Doctor Faustus.

Referencia bibliográfica: Seda, por Alessandro Baricco. Barcelona: Anagrama, 2000.

(*) Paz, Octavio. “Los signos en rotación y otros ensayos. La palabra edificante”. Madrid: Alianza, 1970.

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