miércoles, noviembre 21, 2007

ESCRIBIR HOY EN DÍA. En torno a la Gaviota de Chejov. Propuesta de Juan Pastor para seis actores. El mundo de los blogs y Treplev.

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Tenía un mal recuerdo de la última vez que pude ver representada “la gaviota” de Antón Chejov. Se trató de una de esas experiencias que rompen la magia de la sala oscura y que hacen un mal favor al teatro. No voy a acordarme de su director ni del elenco de actores de aquella ocasión, sin embargo voy a olvidar todo aquello corriendo un tupido velo para intentar engañar a mi memoria de una vez por todas. A pesar de todo esto y mil y una reservas más, hace unas semanas me atreví de nuevo con la obra del ruso, esta vez de la mano del maestro Juan Pastor; y las cosas cambiaron.

Gordon Craig en estas mismas páginas ya dejó constancia del buen hacer de la gente de la Guindalera, y de este montaje extraordinario que rescató para mi, y para muchos otros espectadores, al gran Chejov y su Gaviota, una obra magnífica, un texto exquisito. Por lo tanto, os remito a las palabras de Craig, y os invitó a que os acerquéis a disfrutar de la magia del teatro en la sala La Guindalera.

En un momento dado, Treplev, uno de los protagonistas de La Gaviota, en medio de un discurso solitario, lanzó la siguiente reflexión en voz alta:

Treplev: ”[...] cada vez me convenzo mas de que no se trata de formas viejas o nuevas; se trata de que el hombre escriba sin pensar en formas, de que escriba porque así le sale espontáneamente del alma”.

No quería que se perdiera la ocasión de poder compartir con vosotros este pequeño fragmento. Chejov, disfrazado de Treplev, se dirige a nosotros en primera persona y sin complejos, y nos lanza una carga de profundidad de gran calado: uno tiene que escribir porque lo más profundo de su ser se lo pide, y lo tiene que hacer dejando de lado las formas que coartan la libertad, y que a muchos les hace naufragar por no acomodarse a los cánones predominantes en ese momento.

Quizás Chejov, maestro del lenguaje y aprendiz de alquimista se anticipó muchos años a los creadores de los “blogs”. Este invento nació para que cada uno de nosotros pudiera expresarse sin más límites que los que uno quisiera imponerse a si mismo y dejando de lado lo complicado que era diseñar una página web para los que no nos interesaba el html. También, en cierta medida, el nacimiento del “blog” hizo posible que muchas personas pudieran comunicar, sacar de dentro todo lo que llevaban, porque así se lo pide su alma, enlazando con Treplev, y quizás esta fue la pequeña gran revolución cibernética y una de las causas del crecimiento exponencial del número de cuadernos de bitácora cada día.

Teatro La Guindalera.
En torno a la gaviota. Gordon Craig.

4 comentarios:

chuliMa dijo...

ves? si es que ya estaba todo inventando antes del invento

uys...
Besos wapo

Doctor Brigato dijo...

Hola Chulima: para mi más importante que que el invento es el contenido, el que cada uno tega la posibilidad de decir lo que piensa sin ataduras...

Persio dijo...

Muy interesante reflexión.

Chéjov sin duda tenía esa libertad creativa que también se refleja en el mundo de los blogs.

A pesar de la SGAErrr

Un saludo

Doctor Brigato dijo...

Persio: Chejov pudo hasta con el gulag... Según nos cuenta Grossman en "Vida y destino" los soviets no llegaron a comprender la revolución que proponía Chejov...
Gracias por tu comentario.