viernes, mayo 29, 2009

TEATRO. La Lección. "Instructiva y atroz".

De Eugene Ionesco.
Con: Manuel Barceló, Itziar Miranda y Maica Barroso.
Versión de Juan Vicente Martínez Luciano.
Dirección: Joan María Gual.
Teatro Español, Madrid.



Desde que leí por primera vez esta pieza irrepetible allá por el año 1982 en su reedición para la prestigiosa Biblioteca Clásica Contemporánea de la editorial Losada, no dejó de intrigarme ese prodigio de invención que consiste en plantear, estimular y desarrollar hasta su desenlace un conflicto dramático a la vez que se procede a la ruptura radical de cualquier lógica discursiva en los diálogos. Eso demuestra que se puede actuar contra el texto, dislocarlo, “hacer que estalle, que se destruya” -como decía el propio Ionesco-, sin que por ello se resientan los fundamentos sobre los que se asienta la genuina acción dramática cuya lógica interna es anterior a cualquier lenguaje.



Una inocente anécdota, el accidentado desarrollo de una clase particular impartida por un maduro y educado profesor a una joven y entusiasta alumna en el domicilio del primero, da pie a una profunda reflexión acerca de la violencia que se ejerce soterradamente en el día a día de nuestras relaciones personales. El profesor, que parece, y así se manifiesta prácticamente a lo largo de casi toda la obra, una persona comedida, correcta, incluso afable, va entrando progresivamente sin que apenas nos demos cuenta en una dinámica de violencia sádica de proporciones inenarrables.

En particular, si nos atenemos a las relaciones profesor/alumna, se hace patente también la tentación de paternalismo latente en todo educador que pronto se convierte en dogmatismo e intransigencia; a ello habría que añadir la mixtificación, es decir, cómo el verdadero conocimiento se desnaturaliza cuando se convierte en imposición, en arma para mantener el poder. En ese sentido la obra muestra también una de las más constantes preocupaciones de nuestro dramaturgo al poner en evidencia el carácter irrisorio y falaz de un lenguaje carente de sustancia, estéril, con enunciados construidos cada vez más a base de clichés y de eslógans, vehículo de estereotipos; y revela su sorprendente actualidad, si uno mira a su alrededor y observa hasta que punto en el debate social y político se viene sustituyendo la racionalidad y el uso del argumento por la fuerza avasalladora de la propaganda.

La versión es cuidada, correcta; y lo mismo puede decirse de la puesta en escena que reproduce con todo lujo de detalles –quizá excesivos- un despacho o gabinete de trabajo anejo a la salita de estar de una residencia de la clase acomodada de principios del siglo XX, un entorno un tanto claustrofóbico típicamente burgués. La dirección también es acertada y mantiene la tensión y el ritmo variable de la obra, acertando a combinar lo absurdo del texto con una interpretación grave y ceremoniosa, lo que acrecienta su comicidad. Asimismo es notable el trabajo de actuación. Un Profesor (Manuel Barceló) atildado, elegante, escrupuloso en la dicción, que puede transitar de la cortesía y la amabilidad de un tratamiento exquisito a la suprema explosión de cólera pasando por la ira contenida de los momentos de contrariedad. Espléndida la enfebrecida arenga, verdadero galimatías, en que termina por convertirse su discurso magistral sobre las lenguas “neoespañolas”, de inequívoca resonancia franquista o hitleriana. Itziar Miranda hace un trabajo delicioso como Alumna. Salvo por su carencia absoluta de inteligencia reúne en su persona casi todas las cualidades del tópico alumno ejemplar, es aplicada, atenta, sumisa y sigue embelesada la perorata de su profesor, transcribiendo incansablemente en su cuaderno sus absurdas explicaciones mientras juguetea con los pliegues de su falda o mordisquea la punta del lapicero. Despreocupada, jovial, no está exenta de ingenuidad, coquetería e infantilismo.

Gordon Craig.

La lección, Teatro Español.

martes, mayo 26, 2009

VÍDEO. La nueva propuesta de Gonzalo Munilla se llama “Sexpoilers”.

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Gonzalo Munilla aparece y desaparece como los ojos del Guadiana. Así sin quererlo, un buen día, te encuentras por Internet con su archifamosa “me peto a Laura”, o con la divertida “performance” “Trainacting” para Alamedadosuolna. Y pasa un tiempo y no sabemos nada de él; y cuando ya te estás empezando a olvidar de su existencia, vuelves a encontrar una miguita de pan en el camino, o en su caso una citación judicial en tu buzón, como cuando recibió el VI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Morón en 2007, por el poemario “La sala de lo penal”.

En esta ocasión, apareció de repente, pero de nuevo sin avisar. Estábamos en la puerta de un teatro, esperando a que abrieran para entrar en la sala. Pues en esos momentos, diez minutos antes de que empiece la función en los que no tienes tiempo para una cervecita y no sabes que hacer mientras esperas, te acercas a la taquilla del teatro, y en el “stand” de publicaciones gratuitas coges la revista El duende. Y mientras el acomodador te pide las entradas para colocarte en su sitio, estás echando un vistazo al folletín. Y ¡zas!, aparece Munilla y su nueva propuesta, “Sexpoilers”.

Sexpoilers es un trabajo que se estrena con motivo del nacimiento de la nueva web de la revista El Duende: www.duendemad.com. Gonzalo lo define a la perfección: “si quieres ver sexo, tienes que pagar un pequeño peaje en forma de “spoiler”. No os voy a contar más, que cada uno saque sus propias conclusiones tras visionarlo. Sólo os puedo decir que yo me reí por dos veces, la primera cuando pinché el video de Munilla yo solo a eso de las 7 de la mañana, nada más entrar en el trabajo; y la segunda, leyendo los mensajes que me enviaban mis amigos, a los que había enviado la propuesta de Munilla de forma convulsiva nada más verlo yo. Os dejo una pequeña muestra de esos correos electrónicos:

- “Cabrón, me acabas de joder un par de series, pero que buena está la tía”.
- “No se si te has fijado, pero creo que en la estantería del fondo a la derecha está la peli de “Mira que habla 2“.
- “Munilla, o está realmente loco, o es un genio”.


Sacad vuestras propias conclusiones:
Sexpoilers.
Revista el Duende.

jueves, mayo 21, 2009

TEATRO. Don Juan. "El burlador burlado".

A partir de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.
Dirección: Miquel Gallardo.
Con: Miquel Gallardo.
Festival Titirimundi 2009. Madrid. Teatro de La Abadía



Es el de Don Juan un ejemplo modélico del poder fecundante de los mitos. Desde la creación del personaje por nuestro insigne fraile de la Merced allá por los inicios del siglo XVII han sido multitud los dramaturgos y los poetas que a lo largo y ancho de Europa han tratado de dar nueva forma artística a este seductor impenitente: desde Moliere a Byron o a Pushkin, pasando, obviamente, por el inmortal Tenorio de Zorrilla, hasta el no tan licencioso pero no menos cínico Bradomín valleinclanesco.

Mikel Gallardo huye de cualquier interpretación teológica del mito ya sea para condenar al libertino al fuego eterno por sus liviandades, como hace Tirso, o para salvarle in extremis de la condenación por intercesión de doña Inés, como hace Zorrilla. Se aleja también de una lectura romántica del mito que llevaría inevitablemente a don Juan a morir joven y de la visión mucho más reflexiva, serena, casi “cartesiana” del Dom Juan de Moliere, aunque en ocasiones, el comportamiento y actitudes de nuestro protagonista, ya viejo y decrépito, revelen el genio incisivo, volteriano, del escritor francés.

El patrón formal y estético del montaje es el de la farsa guiñolesca, con un único intérprete-manipulador ventrílocuo que dialoga con los restantes personajes-muñecos desarticulados. Y aunque la principal fuente de inspiración textual y argumental sea la obra de Zorrilla, cuyos versos más conocidos evoca una y otra vez la mente febril del anciano Tenorio, la ambientación nos retrotrae a una época pretérita, a la rígida disciplina monacal y a la austeridad de un cenobio medieval entre cuyos muros se fragua una oscura venganza, sumiéndonos en una atmósfera lúgubre y truculenta que recuerda el tono entre funeral y admonitorio de las Danzas de la Muerte castellanas.

Bajo la inmutabilidad de las facciones deformes y la mirada vacía de la máscara puede adivinarse la verdadera tragedia de este don Juan: vivir lo suficiente para tener que enfrentarse a su borrascoso pasado. Víctima de un destino ineluctable que gobierna sus actos por encima de su libre albedrío, quien en su juventud se había burlado de todo lo humano y lo divino es ahora burlado por la muerte que le niega el beso definitivo que ponga fin a sus achaques, a su debilidad, a su impotencia; a la decrepitud, en suma, horizonte terrible de la vejez.

Una mirada nueva al mito donjuanesco que potencia, merced al afecto desrrealizador de la utilización de muñecos, la condición de drama fantástico que muchos críticos ha visto en la obra y que proyecta una aguda y sobrecogedora reflexión sobre el misterio de la vida y de la muerte servida con especial maestría e ingenio mediante variados elementos, muchos de ellos rescatados de la teatralidad juglaresca.

Gordon Craig.

Titirimundi en la Abadía.

lunes, mayo 18, 2009

ARTE. “Future”. Exposición de Abraham S. Bermejo.

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“El dinero no era ya para él [Lawrence de Arabia] más que el demonio que obliga al hombre a renunciar a la actividad de la que hubiera sido digno”. André Malraux, “El demonio del Absoluto”.

Abraham S. Bermejo reflexiona en su última propuesta artística sobre el futuro, sobre el mañana, sobre el que sucederá dentro de unos instantes, sobre la sociedad con la que vamos a encontrarnos dentro de poco tiempo.




Su universo futuro traza un nuevo mundo dominado por el feroz capitalismo, la nueva religión que marca el paso del ser humano, y que lo despersonaliza hasta el extremo, convirtiéndolo en un mero engranaje de una sociedad exterminadora, que sin ninguna clase de rubor, explota los recursos de un planeta limitado.




El artista nos muestra a un Hombre que juega con su planeta, su medio de vida, sin percatarse de que la cuenta atrás sin retorno ha comenzado, y que la inercia de este loco modo de vida nos ciega con montones de “artilugios” superfluos que no nos dejan ver lo que realmente sucede a nuestro alrededor. Cegados por el dinero, dejamos a un lado la búsqueda de la sabiduría, el camino de la virtud, y nos acercamos irremediablemente al abismo, a la vaciedad del sinsentido, convirtiéndonos en meros espíritus que vagan ciegos por un mundo que cada vez se acerca más al caos.

Future”. Exposición de Arte Contemporáneo. Auditorio de de Tarancón, Cuenca. Del 8 al 24 de mayo de 2009. De 19 a 21 horas.


Abraham S. Bermejo. Myspace.

viernes, mayo 08, 2009

TEATRO. Avaricia, lujuria y muerte. "Entre el ritual y la carnavalización".

De Ramón María del Valle-Inclán.
Con: Elena Rayos, Iñaki Rikarte, Juan Codina, Lucía Quintana, Juan Antonio Lumbreras, Nerea Moreno, Marcial Álvarez y otros.
Dirección: Ana Zamora, Alfredo Sanzol y Salva Bolta.
C.D.N. Teatro Valle-Inclán.




Integran este espectáculo tres de las cinco piezas que Valle agrupó bajo el título genérico de Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, en concreto: Ligazón, dirigida por Ana Zamora, La cabeza del bautista, dirigida por Alfredo Sanzol y La rosa de papel, que corre a cargo de Salva Bolta.

Las tres hurgan con el escapelo de la sátira vitriólica de Valle-Inclán en dos de las heridas que más dolorosamente llagan nuestra buena conciencia y nuestra creencia falaz en la bondad de los seres humanos; dos vicios, la avaricia y la lujuria, que desde los estratos más profundos y arcaicos de nuestra naturaleza donde se aloja la irracionalidad gobiernan nuestros actos inclinándolos con frecuencia a un funesto desenlace. Son tres piezas breves, y por eso más contundentes, en las que una mínima anécdota encierra un conflicto trágico. O tragicómico, si se prefiere, atravesado como está su desarrollo por un violento impulso de deformación grotesca, de esperpentización o, como ha dicho algún crítico, de carnavalización.

Si algo pone de manifiesto este montaje es el enorme potencial poético y la extraordinaria vitalidad de la dramaturgia valleinclanesca susceptible de interpretarse desde presupuestos estilísticos muy diferentes, de deformarse, de parodiarse, o de someterse a un riguroso tratamiento de estilización en un proceso permanente de recontextualización que él mismo alentó desde su escritura caudalosa, polimorfa, dialógica, pródiga en intertextualidad. Y es que, en efecto, conviven en este espectáculo sin desentonar, antes bien, potenciándose cada una de ellas por contraste con las otras, tres poéticas escénicas perfectamente diferenciadas: el acendrado esteticismo plástico de Ana Zamora y su etéreo universo de transparencias, sombras chinescas y siluetas en penumbra disueltas en una atmósfera espectral; el trazo costumbrista de Alfredo Sanzol que dibuja una hilarante estampa castiza con trasfondo de aguafuerte goyesco, o el recio expresionismo de Salva Bolta que deriva por los derroteros de la farsa truculenta.

El primer trabajo, el de Ana Zamora, dispensa a los caracteres una mirada más humanizadora y preserva quizá mejor que los otros esa aureola entre mágica y mística que bendice a muchos personajes valleinclanescos apoyada en un trabajo espléndido de los actores, en particular de Elena Rayos en el papel de La Mozuela; Alfredo Sanzol exhibe una musa más sainetesca aunque no pierda por ello su montaje un ápice de su intencionalidad satírica; se llevan el protagonismo La Pepona (Lucía Quintana), una hembra despampanante, resuelta y enamoradiza y don Higi (estupendo Juan Codina) un mamarracho enjuto, acartonado, codicioso y siniestro. Por último, Salva Bolta descoyunta los moldes de la farsa convirtiendo a los personajes en un coro de fantoches deformes y comadres empingorotadas del que sobresalen un bestial Simeón “el Julepe” (Marcial Álvarez), una especie de dios Pan de poderoso torso desnudo, mirada lúbrica, ademanes torpes y voz cavernosa y La Encamada (Nerea Moreno) una valkiria de opereta, que entrega su alma entre espasmos y lamentaciones y que aparece después en su lecho mortuorio revestida de la belleza trémula e incorruptible de una santa con atuendo prostibulario.

Gordon Craig.

Avaricia, lujuria y muerte en el Teatro Valle Inclán.

martes, mayo 05, 2009

ARTE. Beatriz de las Heras. "Vista de Toledo".

Vista de Toledo.



Soporte: lienzo.
Técnica: acrílico y collage.
Contacto.

lunes, mayo 04, 2009

ACTUALIDAD. Carlos de la Fuente, el alcalde que talaba árboles para crear jardines.

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“Lo escribo porque no hay más deber moral de aquel que escribe que el de no mentir nunca, que el de no mentirse nunca; y jamás tomar en cuenta el precio que no mentir, que no mentirse, acarree”. De esta forma tan categórica Gabriel Albiac define magistralmente el deber que rodea a un intelectual al encontrarse ante la barbarie que la clase política provoca en cualquiera de los niveles de la sociedad. Yo, que no soy un intelectual, voy a extrapolar esa definición, aplicándola al deber ciudadano, a ese deber que tenemos cada uno de nosotros por el hecho de formar parte de una comunidad, para denunciar alto y claro cualquier tipo de arbitrariedad que se produzca en el funcionamiento del poder público.

Mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo: para crear un parque estaban talando los árboles ya existentes, para ajardinar una zona verde estaban derramando cientos de metros cúbicos de hormigón sobre la tierra ya cubierta de hierba primaveral.

“Talemos los árboles y embaldosemos las zonas verdes”. Esto es lo que entiende Don Carlos de la Fuente, alcalde de Galápagos (Guadalajara) y su equipo de gobierno, socialista, de lo que es un jardín, de cómo se “construye” un parque.

No hace falta siquiera recurrir a ingenieros forestales o a diseñadores de jardines para planificar una zona verde; tan sólo se requiere de un poco de sentido común y de mucha, mucha más humildad ¿Qué estarán pensando los ancianos del lugar, nuestros entrañables abuelos, que hace más de sesenta años, cada mañana iban al “monte del campo”, nada más amanecer, para chapodar encinas y robles para poder calentar sus hogares? Maldecirán en silencio y se agitarán cada noche bajo las sábanas como niños asustados: ¡qué llega el alcalde que talaba árboles para crear jardines!

Quizás, ninguno de los miembros del equipo de gobierno, hayan leído en su vida, ni lo vayan a hacer nunca, a Walt Whitman, a Henry David Thoreau, a Ralph Waldo Emerson, y ni tan siquiera conozcan “al hombre que plantaba árboles” de Jean Giono. Pero muchos otros ciudadanos tampoco, y sin embargo, si que saben lo que es disfrutar a diario de agradables paseos entre los restos de la centenaria fresneda que acompaña al río Torote en su eterna lucha por llegar al mar. Y estos vecinos, que si que conocen lo que cuesta criar un árbol, y gozan de su frescura, de su sombra y de su compañía junto a sus hijos, al igual que nuestros abuelos, también votan. ¡Acuérdense convecinos ese día del alcalde que talaba árboles para crear jardines!

Aquí podéis visitar la página web del Ayuntamiento.
y está es la dirección de correo electrónico del alcalde por si alguien quiera hacer alguna recomendación sensata: alcaldia@galapagos.es .

Walt Whitman.
Henry David Thoreau.
Ralph Waldo Emerson.
Jean Giono.
El hombre que plantaba árboles.