<< […] Creo que lo primero es distinguir entre la gente común y las
élites. Hay una cosa en la que he pensado mucho, sobre la que he intentado
estudiar desde hace tiempo: la diferencia entre el extremismo de la élite y la
gente común. Lo he estudiado respecto a la Guerra Civil. Cómo el extremismo
político está limitado a una élite muy concreta que se aprovecha de situaciones
sociales dolorosas y que crea una dinámica propia que acaba arrastrando a la
sociedad entera. Eso es muy importante. Evidentemente, la élite política o
cultural, o lo que sea, es la parte más visible de la sociedad. Puedes pensar
que son una representación fehaciente de la sociedad, pero puede resultar que
no. […] >>
Entrevista en El País a Antonio Muñoz Molina.
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