lunes, noviembre 03, 2008

TEATRO. EL RINCON DE GORDON CRAIG. El llanto. "El misterio de la vida y de la muerte."

.
Espectáculo de Jaume Villanueva basada en El llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca.
Con: Juana García “La gitana catalana” (cantaora), Nacho Blanco y Frederic Gómez (bailarines) y Rafel Plana (piano, percusión).
Dirección: Jaume Villanueva.
Alcalá de Henares. Corral de Comedias, 25 de octubre de 2008.



Une aquí Jaume Villanueva el duende del cante y baile flamencos con el hondo sentimiento y el acendrado dramatismo de la elegía lorquiana. Espectáculo híbrido de lírica, música y danza, su mérito mayor radica en la atinada fusión de lenguajes distintos que se complementan mutuamente en una espléndida síntesis de expresión artística.

La simbología e iconografía taurinas, presentes en el vestuario y en la coreografía potencian, sin desvirtuarlas, la vívidas imágenes poéticas lorquianas, y aunque muchos pasajes bailados tiene entidad en sí mismos y obedecen, supongo -porque ignoro los más mínimos detalles de la técnica- a patrones de composición específicos, en el diálogo de los cuerpos o en el ritmo y timbre de los zapateados, en conjunto, parecen subordinados a los motivos centrales del poema, a la lidia, a la cogida y muerte del torero, al estremecimiento ante la sangre derramada o la desolación ante el cuerpo exánime del torero en la fría piedra del depósito de cadáveres, cuando no sugieren aspectos relativos a la amistad de Ignacio Sánchez Mejías con el poeta o constituyen variaciones sobre el tema de la angustia ante la muerte o sobre el destino trágico del hombre que tanto preocuparon a Lorca.

Pero es la música, un variado muestrario de arreglos de Rafael Plana de temas de música española, (copla, cante hondo, habanera, etc.) del maestro Enrique Granados la que cobra especial protagonismo habilitando un acompañamiento -o quizá sería mejor decir un cauce- sonoro para el torrencial verbo lorquiano, que modula la expresividad de los versos potenciando sus tonalidades emotivas: la desolación y la rabia por la pérdida o el horror ante los aspectos más crueles de la herida y de la muerte, pero también la alegría del encendido homenaje a las virtudes del amigo y del torero o la serena aceptación de la desaparición definitiva y del olvido.

La puesta en escena es de extrema sobriedad, apenas un círculo de luz en el albero o la tímida presencia luminosa de la luna; depurado el estilo de los bailarines (Nacho Blanco y Frederic Gómez), ceñido el cuerpo a cuerpo en la lidia, en la reyerta o en el traslado del desmadejado cuerpo muerto del torero, con composiciones que evocan la pietá de Miguel Ángel; ajustada y pletórica de matices la voz cálida y tierna y saltarina y rota por le dolor de la cantaora Juana García.

Un espectáculo, en fin, con toda la belleza plástica y con toda la fuerza poética y la solemnidad de un rito ancestral: el que celebra el misterio de la vida y de la muerte.

Gordon Craig.
27-X-08.

No hay comentarios: