viernes, octubre 05, 2012

TEATRO. El año que viene será mejor. " Vaticinio errado ".


 De: Marta Buchaca, Carol López, Mercè Sarrias y Victoria Szpunberg.
Con: Neus Bernaus, Alba Florejachs, Mireia Pàmies y Vanessa Segura.
Dirección: Mercè Vila Godoy.
Madrid. Teatro Bellas Artes.



Cuando la pasada temporada se estrenó en Madrid El año que viene será mejor, todos creíamos haber pasado lo peor de la crisis y esperábamos que las cosas empezaran a mejorar. Un año después del estreno del espectáculo en la barcelonesa sala Villarroel comprobamos con una mezcla de incredulidad y cabreo cuan errado era el supuesto implícito en el título de esta descacharrante comedia que ahora se repone en el Bellas Artes. Y es que, aunque la obra ironiza, sobre todo, sobre el fracaso vital de unas treintañeras insatisfechas en su nuevo rol de “mujer liberada”, autoimpuesto, a veces, forzado, otras, por una errática ideología de género o por exigencias inherentes a la nueva sociedad de consumo, el telón de fondo sobre el que se tejen la mayoría de los sketches que componen la obra es la profunda crisis económica en que estamos sumidos que amenaza -si no lo ha hecho ya- con transformarse en una crisis social de proporciones impredecibles.

Carente de argumento propiamente dicho la obra se articula como una superposición de situaciones de la más rabiosa cotidianidad, de pequeñas historias de mujeres en la flor de la vida, cuyo denominador común, paradójicamente, parece ser la percepción de que “no hay salida”. Ya desde El tren de la vida, el primero de los sketches, la pobre Neus, interpelada desde las alturas con un lapidario: “Bievenida al tren de la vida, ¿en qué puedo ayudarla?”, experimentará esa amarga sensación de impotencia tras escuchar de su oráculo los más funestos vaticinios sobre su futuro. Y lo mismo puede decirse de los intentos infructuosos de Vane de recomponer su relación con su “ex”; o los de Mireia, de que su currículo -la mar de versátil- se abra camino hacia la mesa del director de casting de una película de Bigas Luna; o los inusitados esfuerzos de Alba -respiración yóguica incluida- para controlar el impulso destructivo de la VISA, o su no menos ímproba tarea de sustraerse a la fatal atracción de un bolso de Gucci.

Es su conjunto la obra ofrece un fresco vivísimo y chispeante de la realidad más actual traspuesta en diálogos y monólogos ágiles, con un lenguaje cuidado codificado en el más puro registro coloquial. Aunque a veces bordean el tópico, por lo general predomina en ellos el ingenio, la ironía, el humor desenfadado y salaz y un cierto cariz vodevilesco que hace las delicias de los espectadores. Las cuatro actrices, Neus, Alba, Mireia y Vanesa, que responden por sus nombres reales, hacen gala de un inacabable repertorio de recursos de la comicidad sirviendo al texto con un desusado entusiasmo y energía, lo que las permite traspasar la batería y mantener el contacto con el público aún en los tramos en que la obra atraviesa por momentos de calma chicha, que los tiene, y arrancarle un torrente de carcajadas. Nada sencillo, por cierto, en estos tiempos difíciles.

Gordon Craig.

Gordon Craig en el Diario de Alcalá
El año que viene será mejor en el Teatro Bellas Artes.

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