"Realmente,
Harry, no haces otra cosa que estar sentado sobre el culo escribiendo. Cuando
vienes aquí, te sientas sobre el culo y lees.
-Pero
no cuando estamos en la cama.
-Las
cosas van así. Primero escribes, después lees, luego dedicas un poco de tiempo
a echar un polvo, después vuelves a casa. Pero ¿qué vida hago yo? ¿Por qué no
te tiras al libro y así ahorramos tiempo?
-La
única manera de terminar un libro es no dejándolo. Si leo tus novelas
policíacas, es para distraerme de la mía, aunque el sólo hecho de tener un
libro en la mano me hace pensar en el mío. Pero mi intención es buena".
Bernard Malamud, “Los inquilinos “.
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