viernes, febrero 18, 2011

TEATRO. Photo Romance. "Reivindicación del simulacro".


Idea, texto y dirección: Lina Saneh y Rabih Mroué.
Con: Rabih Mroué, Lina Saneh y Charbel Haber.
Música: Charbel Haber.
XI festival “Escena contemporánea
Madrid, Sala Cuarta Pared.



Es inherente al teatro la producción de un espacio desdoblado entre realidad y ficción. Realidad y ficción, escenario y sala conviviendo en un equilibrio que, ha tiempo ya, se ha roto -con Brecht “se ha desgarrado el velo de la ficción”, escribía Trías-, aunque una parte no despreciable de la dramaturgia presente lo ignore, (¿o quizá lo haya olvidado?) seguramente impulsada por intereses espurios, ajenos al arte del teatro y al afán de innovación y experimentación que debe regir la labor de cualquier artista que se precie de serlo. Pues bien, este original montaje de los libaneses Lina Saneh y Rabih Mroué nos lo recuerda con claridad meridiana articulando un espectáculo que incorpora rupturas diversas en el orden de la representación para mantener alerta y receptivo al espectador a la vez que lo induce a cuestionar los propios códigos de la representación teatral al contraponerlos a otros lenguajes diferentes como los del cine, el multimedia o la fotografía.

En escena encontramos a una joven directora de cine (Lina Saneh) presentando ante el censor (Rabih Mroué) su proyecto de espectáculo: la adaptación de la película italiana Una giornata particolare, de Ettore Escola, a la realidad sociopolítica libanesa contemporánea. Para acallar las suspicacias del censor surgidas al hilo de la lectura del guión y vencer sus reticencias acerca de radicalidad de las “innovaciones técnicas” introducidas, ella va presentando sobre una pantalla algunos fragmentos del trabajo en una especie de fotomontaje de efecto cinematográfico. A través de dichas escenas va cobrando cuerpo una historia de amor y de exclusión calcada de la protagonizada por Sofía Loren y Marcello Mastroianni en la película de Escola, pero en la que los protagonistas están encarnados por la misma Lina Saneh y Rabih Mroué. El hecho de que sean los mismos actores quienes representen a los personajes en los dos niveles de la ficción produce un curioso efecto de distanciamiento, intensificado por la ironía desplegada para criticar la obsesión por la experimentación formal de esta excéntrica directora y las perplejidades de un censor demasiado candoroso.

Una historia, que en el nuevo contexto geopolítico al que se ha trasladado, la ciudad de Beirut hoy mismo, con una sociedad atenazada por fundamentalismos de diverso cuño, se convierte sobre todo en una fértil y dolorosa indagación sobre la tragedia de los auto-excluidos, sobre la absurda necesidad de tomar partido, sobre el drama cotidiano de las víctimas de la censura y de la intolerancia de aquellos que no saben vivir fuera de un “nosotros”. Prodigiosa historia, por cierto, en boca de esta locuaz e inasequible al desaliento nueva Scherezada a quien presta voz y cuerpo una espléndida Lina Saneh. Y mientras seguimos el curso de la representación asistimos también a una reflexión sobre el proceso creativo mismo y a un replanteamiento de los límites entre la originalidad y el plagio, entre lo verdadero y lo fingido, y al reconocimiento de la condición de simulacro que tiene el espectáculo, con un contenido extraído de un relato previo, y a su vez, ficticio, y mediante el recurso a unos actores que participan en la historia misma y en su “narración”.

Gordon Craig.

Photo Romance. Cuarta Pared.

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