"Y, con la incoherencia de la pasión, comenzó a hablar de la Revolución
Francesa. Los hombres que la hicieron tenían las mejores intenciones,
pero sus intenciones se mezclaron irremediablemente con la vanidad, la
ambición, la insensibilidad y la crueldad. Con la inevitable
consecuencia de que aquello que comenzó como un movimiento de liberación
degenerara en el terrorismo y en una pugna por el poder, en la tiranía y
el imperialismo y en reacciones de amplitud mundial contra éste".
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