<< En mi
hit parade de máquinas de imaginar, el cine ocupa el
tercer lugar, por detrás de la novela y el teatro. En una novela, como
decía Hemingway, un punto y aparte en el lugar que le corresponde puede
desgarrar el corazón con la fuerza de una tenaza. En el teatro, la
potencia expresiva de un actor siempre batirá a las más sofisticadas
escenografías. Por supuesto que adoro el cine, que no podría vivir sin
el cine y que a menudo me hace volar, pero a veces su tiranía de lo real
es excesiva. >>
El teatro, esa máquina de imaginar, por
Marcos Ordóñez, en El País.
Lee aquí el artículo completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario